Este año ya está durando esta
especie de resfriado-gripe-enfriamiento. No se cómo denominarle porque parece
una mezcla de todos ellos. Las temperaturas bajaron, todos cogimos algo de
frío, nos han dolido las articulaciones, hemos tenido un día con algo de fiebre
que tuvimos que estar en cama y lo más feo fue la bajada al pecho con su
correspondiente tos. Posteriormente, el goteo continuo de agua clara que parece
no querer abandonarnos.
Cada año hay síntomas nuevos, los
virus mutan, esparcen algo por el viento o no sé qué pensar. Este año hay algo
raro que ya algunos médicos se atreven a decir que es la gripe de este año y
que dura un mes, antes se abandonaba en una semana más o menos.
Algunos días parece que ya estás
al cien por cien, pero de repente te vuelven a hacer falta los pañuelitos,
toses algunas veces y es como si retrocedieras en la recuperación, así que no entiendo
nada. Bueno, como en cualquier otra circunstancia de la vida, no nos vamos a
focalizar en esto ni mucho menos. Este estado variante no va a convertirse en
el centro porque no se lo vamos a permitir. Vamos a seguir con nuestras vidas
que tenemos muchas cosas que hacer y nuestro cuerpo vencerá a su debido tiempo,
¿no os parece?
Ni siquiera debemos preocuparnos
por ello, algo distinto es cuidarse como debemos hacer en todos los ámbitos de
nuestra vida: alimentación saludable, ejercicio moderado y regular, equilibrio
mental, emocional y espiritual para aquellos que tengan también esta inquietud presente
en su vida. No podemos hacer otra cosa, el cuerpo lucha cada minuto de nuestra
existencia por recobrar la salud, tengamos la dolencia o la enfermedad que sea.
Igual que cuando nos hacemos una herida, y cito este simple ejemplo porque
sucede en el exterior y todos podemos comprobar lo que ocurre, sana sola en
unos días; el cuerpo tiene sus mecanismos para curar solo si le permitimos no
tener que estar entretenido en eliminar demasiadas toxinas, barajar cantidad de
grasas superfluas, pelear por restablecer una mala circulación sanguínea por el
sedentarismo diario y por otros malos hábitos.
¿Se puede disfrutar? Claro que
sí, y se debe disfrutar hasta el punto de ser muy felices, pero razonablemente
cuidando el único vehículo físico que tenemos para transitar esta existencia
actual. Algunos hablan de la vida tras la muerte, de otras vidas, de trascender
esta dimensión, etc., pero por el momento lo que tenemos es este cuerpo y este
plano existencial, así que tratemos de estar en la mejor forma posible.
Esto no obliga a nadie pues todos
somos mayores y creemos saber lo que tenemos que hacer, así que cada cual siga
con su vida, que yo seguiré con la mía. ¡Qué sean muy felices!
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