Me persiguen la energía, las
conexiones eléctricas, la electricidad y todo lo relacionado con ella, campos
magnéticos, etc. En un momento de mi vida y sin esperarlo, me fracturo mi
tobillo derecho y mientras esperaba en casa con la pierna en alto, que fueron
varios meses pues la fractura era seria, comencé a leer mis libros antiguos del
instituto: matemáticas, física, química, inglés y descubrí que me gustaba
estudiar, aprender, que tenía curiosidad y realicé la prueba de acceso a la
Universidad para mayores de 25 años. La preparé por mi cuenta, me llevó unos
seis meses y la aprobé. El caso es que me valió para estudiar el ciclo de grado
superior de FP de instalaciones electrotécnicas. Aun siendo más joven asistí a
terapias con un terapeuta de bioenergética. En otro tiempo me adentré un poco
en el campo de las Flores de Bach, que curan por la energía que transmite la
planta a las gotas de rocío que por la mañana temprano se depositan en las
flores de ciertos árboles, arbustos y plantas. Siempre me han atraído
sobremanera los automatismos, automatizar funciones en el hogar o en la
industria… me gusta la domótica. Y ahora, recientemente, he descubierto todo
esto del par biomagnético, una forma de equilibrar el cuerpo y ayudar a que
sane mediante los campos magnéticos procedentes de imanes que se colocan contra
la piel de la persona que padece alguna dolencia.
Como las personas somos un
complejo circuito eléctrico de nervios por los que viajan impulsos eléctricos y
células en comunicación constante entre sí y el cerebro, además de con todos
los órganos del cuerpo; pues también ha venido este conocimiento a mí. Como en
los casos anteriores, me resulta
comprensible lo que dicen los expertos de este método de ayuda a la persona
enferma, resuena en mí de alguna forma.
Al final, te hace recapacitar y
ver que si tu camino tiene que ver con una especialidad, todas las
“casualidades” te acercan en cuanto tienen la oportunidad. Buscas un tema en
internet y se te cruza aquel que es para ti. Yo creo que sucede algo así, tal
vez hay una predisposición, una demanda en mí, y el Universo me brinda maneras,
formas, conocimientos adecuados y próximos a lo que se quiere conseguir o es
más idóneo con las habilidades de cada uno. De cualquier forma, hay un mundo
mágico que no llegamos a alcanzar más que en pequeñas dádivas que el destino nos
concede. Hace falta estar atentos o atentas para iniciar la marcha y emprender
el camino que a cada uno le corresponde.
Cuando todo esto va sucediendo es
cuando comprendo que sé muy poco, y que hay un gran misterio por descubrir.
Creo que hay que llegar el punto cero de avance, el más parecido al de la
desprogramación de cuando éramos bebés. Así que imagínense cuánto hay que
reciclar, anular, modificar, comprender, iniciar, etc. En mi vida se están
sucediendo modelos que dejan de funcionar porque ya no me sirven, porque he
cambiado. La alimentación es diferente, por el momento y desde hace casi un año
es vegana por respeto a los animales y por mi salud, así lo entiendo. Me he
retirado de la radio, la televisión y toda la hecatombe informativa, y esto
está produciendo un relax mental casi desconocido, además de dejarme cantidad
de tiempo libre. Mi vida ha cambiado, por supuesto, porque yo tengo voluntad
para que eso ocurra. Me estoy dejando llevar, aunque viajo con los ojos
abiertos, al menos así entiendo que es lo que estoy haciendo.
No sé nada de lo que no me
interesa por el momento, porque he comprendido que un sistema avaricioso y deshumanizado
no nos lleva como sociedad a ningún destino apasionante. Prefiero dedicar mi
tiempo a estar más conmigo y con los demás. Prefiero emplear más tiempo en
escribir, leer, pasear, tener alguna conversación agradable con alguien, ayudar
a quien me pueda necesitar, colaborar con otras personas, aprender cosas
nuevas, etc.
Sí, estoy cada día más
desinformado de lo que ocurre, me siento más libre y mi grado de preocupación
ha descendido notablemente. Soy más feliz de vivir una vida más coherente con
mis pensamientos.
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