domingo, 12 de junio de 2016

CRUELDAD HACIA LOS ANIMALES




Salgo esta mañana y encuentro a una pastora alemana, adulta pero no muy mayor, cariñosa y con buena planta, que comienza a seguirme como si fuera su dueño. Los perros aparecen por la urbanización, de cuando en cuando, como por arte de magia, pero claro, hablando con una vecina con la que coincidí, me refiere que el día anterior vio un coche negro pequeño en dirección hacia la salida de la urbanización, al que seguía la perra corriendo. Seguramente, algún desaprensivo la apeó del coche y se diría para sí: “como hay muchos chalets con parcelas, seguro que alguien se la queda”, ¿y si no es así, qué?, ¿qué le espera al animal? Lo que ha hecho esa persona es crear un malestar a personas que nos gustan los animales, que sufrimos al ver casos como este, y que nos echamos a la vecindad encima en cuanto le pongamos comida y agua (un mínimo gesto humano que la sociedad castiga y reprende).
No entiendo esas leyes que multan las acciones compasivas y de ayudas a los animales que se encuentran perdidos o abandonados. Algunos entendemos que todos los seres vivos somos uno en el fondo, solo la energía de vida que nos une con todos, y sentimos como una crueldad volverlos a abandonar, no atendiéndoles, tras haber sido abandonados por sus dueños.
Pero es que la ley tiene anormalidades como la que persigue a los indigentes, que no teniendo recursos de ningún tipo, optan por rebuscar en los contenedores para conseguir restos de comida. ¿Cómo es posible que sus señorías, gorditos, bien alimentados y sin necesidades no resueltas, se sienten un buen día para acordar que a esas personas pobres hay que multarlas con 700 euros? Si no tienen ni para comer, ¡pedazos de ignorantes!, ¿cómo van a poder hacer frente a la sanción? Con esas actitudes políticas, ustedes mismos evidencian vuestra falta de sensibilidad y amor por el prójimo y demás seres vivos, ¡habéis errado la profesión!
Ahora la moda es mostrar falsa compasión por los animales y comienzan a prohibir el maltrato animal en las fiestas de los pueblos. Lo veo bien, porque no hay que castigar a los animales para que proporcione diversión a la gente, por mucha tradición que tenga dicha festividad en esa determinada localidad. Pero digo que es falsa compasión, pues es plena incoherencia, prohíben las fiestas que giren alrededor del castigo hacia los animales, pero no se atreven con corregir, que no digo prohibir, lo que se pueda y no se pueda hacer a un toro en una plaza, ¡con la iglesia hemos topado! Se puede regular el espectáculo del toreo para que solo se pueda torear, pero no hacerle ningún daño al animal. Que ni se le ponga divisa, ni se le pique, ni se le pongan banderillas y, por supuesto, no se le pueda matar; sino que una vez finalizada la faena del diestro, que sea devuelto al campo, a la libertad y a la vida.
En todo esto de la protección animal se están aplicando dos o tres varas de medir diferentes, como acabamos de leer, a unos toros se les protege y a otros que Dios los bendiga; al resto de los animales se les puede quitar la vida. No es cierto que tengamos que consumir carne para alimentarnos, hay otras proteínas provenientes de frutos secos y otros alimentos para los que no hace falta el sacrificio de seres vivos, a los que los humanos le truncan la vida por “un derecho divino adquirido o concedido a sí mismos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

Mis tres primeros libros

Mis tres primeros libros

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE
Volumen 1, 2 y 3

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

TRABAJO INTERIOR

TRABAJO INTERIOR

UN POCO DE MÍ

UN POCO DE MÍ
Críticas y soluciones