sábado, 13 de enero de 2018

SIN COLORES, SIGLAS NI BANDERAS

                                                     Imagen: www.maltatoday.com.mt


De vuelta con lo mismo, con la unión, para mí es la clave de todo el asunto social. Sin unión hay división, fragmentación, desigualdades y exclusión; además nunca tendrá el poder la ciudadanía y será manipulada por la dictadura en cubierta que mantienen los gobernantes. La unión solo es posible si cada uno de nosotros se compromete con ella por encima de intereses personales, ya sé que es difícil en este medio egoísta que hemos fabricado, pero es así, solo cuando nos importen los demás, el estado en el que vivan, cómo se encuentren de salud, cuáles son las oportunidades de las que gozan, etc., estaremos consiguiendo una sociedad más justa y equitativa para todos. ¿Tenemos que ser iguales para lograrlo?, no, por supuesto que no, ya de por sí somos todos diferentes, tenemos una genética, una educación y unas experiencias propias que nos hacen ser personas diferentes; pero eso no quiere decir que no podamos usar la inteligencia para llegar a hacer lo que más nos convenga a todos, aunque pudiera parecer un sueño. Ya habrán comenzado los calificadores de la  utopía a manifestarse para sus adentros, para ellos hay muchas cosas irrealizables, pero cuando alguien habla de algo es porque lo ve, existe, es posible, tiene condiciones para que se dé.
Insisto sobre este tema porque es esencial hacerlo hasta que nos demos cuenta de que es el quid de la cuestión. Cada uno de nosotros despotricando y jalando en una dirección no es solución de nada, es liar más la madeja, solo sirve para enredar las cosas, pero no solventa nada. Las redes sociales están henchidas de gentes que defienden sus posiciones atacando otras, dando caña, dando mucha caña, ¿qué repercusión tendrá?, ¿llegará hasta el último rincón de ignorancia?, ¿servirá para algo más que para desahogo de sus autores? Hay que lograr un movimiento social a lo bestia para que las cosas cambien, de esto tenemos que darnos cuenta, debemos saber que si no hay tal movimiento de personas, no hay peso, no hay fuerza, no nos conduce al poder. Ahora mismo, unos tienen poder porque se lo otorga sus leyes, las que han hecho ellos mismos o gente como ellos para servirse de ellas, para aprovecharse y sacar rendimiento de todos nosotros… una forma de explotar a la población, puesto que no hay un reparto justo de beneficios ni riqueza. El país produce, recauda mediante impuestos y los políticos gobernantes lo emplean como quieren, en muchos de los casos perjudicando a la ciudadanía directa e indirectamente. Llevamos unos años viendo como dilapidan lo que es de todos: dineros, servicios, empresas públicas que son privatizadas, métodos para robar y generar dineros en negro… formas de estar fuera de la ley siendo gobierno, algo que es sumamente incomprensible, convirtiéndose en un libertinaje desvergonzado habitual.
¿He nombrado algún color o alguna sigla, verdad que no lo he hecho?, efectivamente, no lo he hecho ni lo hago porque la solución no pasa por colores ni por siglas, pasa por calidad de la gente, porque seamos inteligentes y comprendamos que la salida que tenemos es la unidad ciudadana, dejando al lado los colores, los partidos, las siglas, las banderas y, casi los ideales si no es para ponerlos al servicio del bien común. El juego político actual sigue las reglas de su juego, del que han marcado los que se benefician de este sistema injusto, podrido, decadente, obsoleto y corrupto, por eso no sirven esas reglas. Es sencillo, solo se trata de fijar un plan que nos beneficie a todos, que nos trate a todos por igual, que no deje a nadie atrás, que fije unas directrices encaminadas a promover el progreso general de todos los sectores, que persiga el pleno empleo efectivo, no ficticio, buenos sueldos para todos, grandes beneficios empresariales sin mermar las condiciones dignas de trabajo, prosperidad para el país y una justicia real que actúe del mismo modo con todos, pertenezcan a la clase social que pertenezcan u ocupe el cargo público que ocupe. Una vez fijado el plan, solo se trata de apoyarlo desde todos los ámbitos de esta sociedad, dejando a un lado colores, siglas y banderas. ¡A ver si nos enteramos!

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