miércoles, 13 de junio de 2018

LA ESPAÑA DE PANDERETAS

                                                        Imagen: www.lapaseata.net

España, el país de panderetas, el de la justicia injusta, el de todos no somos iguales ante la ley y menos si se es próximo a la familia real o, se ha desempañado un cargo más o menos destacado y público. España la que se cae a pedazos por la corrupción aplicada como sistema de supervivencia y enriquecimiento de ciertos partidos políticos a los que la justicia no se ha atrevido a inhabilitar, permitiendo que hayamos sido gobernados por un sistema infame de mafiosos y corruptos. España, un país en el que delinquir a ciertos personajes de alta clase social, aunque no moral ni ética, le sale rentable: pocos años al trullo para posteriormente seguir disfrutando del botín, producto del saqueo de las arcas públicas.
España es el país en el que matar a alguien borracho tiene atenuante, tanto como para que la familia del muerto padezca su pérdida durante el resto de sus vidas, mientras que el golfo borracho, tal vez torero, pase unas vacaciones entre rejas y siga paseando su cara de plató en plató de televisión. España es el país en el que un juez pierde su carrera de juez por perseguir y acusar a delincuentes del gobierno o políticos destacados, y no solo tenemos un ejemplo sino dos: juez Garzón y juez Elpidio. Además de varios funcionarios a los que les amenazan, les han hecho la vida imposible, han perdido sus trabajos o se les ha vuelto la sentencia en su contra… todo por haber sido valientes y haber denunciado a superiores que estaban metiendo la mano en la caja de un modo u otro.
España es el país que teniendo tantas horas de sol, en lugar de tener un gobierno que mire por la ciudadanía, se le ocurre poner un impuesto al sol, para que producir energía limpia sea penalizado frente a su connivencia con las eléctricas, empresas que antes, en origen, fueron públicas, pero que se convirtieron en presas de la privatización salvaje, que no es más que el desmontaje de lo público, el atraco y la traición al pueblo español, para hacer millonarios a ciertos empresarios amigos y asegurarse los políticos sillones en los consejos de administración de esas compañías.
España es el país en el que hacer una letra de una canción protesta te puede costar más años de cárcel, en comparación al delito cometido y a sus propias consecuencias, que robar seis millones de euros, si no que le pregunten, respectivamente, a Valtonyc y a Urdangarín. Ser familia real es un enchufe de alta tensión… ¡prohibido acercarse, prohibido rechistar!, en ese caso la libertad de expresión no existe y la incoherencia es manifiesta, ya lo dijo el propio Rey D. Juan Carlos: la justicia es igual para todos… ¿cómo se atrevió a decirlo, si su propia persona es inviolable?... ¡ah!, hay ciudadanos especiales que hagan lo hagan no pueden pasar por los banquillos de los juzgados. ¿No vieron que siempre juzgan, por tanto siempre caen, los segundos, los terceros, etc.?, caen los que siempre obedecían las órdenes de los primeros, pero los primeros espadas no caen nunca, digamos: Felipe González, Zapatero, Aznar o M. Rajoy. Igual con los más altos cargos de todas las comunidades españolas, esos no se enteraban de nada, no sabían cómo llegaban los dineros ni de dónde procedían. No sabían cómo se gastaban, no conocían las contabilidades en B o paralelas de sus partidos, ni cómo entraban los sobres con dinero negro en sus bolsillos.
España es el país en el que hacer negocio con el Gobierno es un auténtico chollo, puesto que si el negocio pactado va bien los beneficios son para el empresario, pero si los beneficios no alcanzan las cantidades previstas, no se han de preocupar, pagamos entre todos y todas.
España es, en definitiva, un paraíso fiscal en cubierto, usted solo tiene que defraudar continuamente, mover el dinero por fuera, no contribuir con Hacienda y esperar a que el Gobierno de turno le dé la orden, mediante una amnistía fiscal, como le llamó Montoro: regularización; usted podrá regularizar todo su dinero que nadie le va a preguntar si se dedica a mover drogas, vender esclavos, es usted un sicario, etc., eso no interesa ni es el propósito del Gobierno sino facilitarle la legalización de su dinero negro al tiempo que le indulta por delinquir y, la guinda del pastel, permitirle tributar por menos cuantía que el resto de la ciudadanía decente de este puto país.
Estas son algunas de las cosillas que se me han venido a la cabeza, no me dirán que España no es el país de panderetas que os anuncié al comienzo del escrito. Lo malo de esto es que lo seguirá siendo mientras no llegue un Gobierno decente y valiente, no sé si estamos a la altura necesaria para que esto suceda. Hay que romper este sistema de mierda para que surja otra cosa diferente… esperemos que mejor.

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