Este gobierno socialista dice que
va a exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, a ver si es posible
que todo vaya a su sitio, aunque creo es mucho pedir. También dicen saldrán los
de José Antonio Primo de Rivera, espero que tras ellos salgan los mafiosos
religiosos que han estado durante años poniendo pegas para que se realizaran
intervenciones o investigaciones sobre los huesos de todos los represaliados
políticos y fusilados por el dictador, como si fueran los únicos dueños de toda
aquella construcción en honor de la memoria del que fue el caudillo y principal
símbolo del fascismo.
A ver si este gobierno socialista
pone, de una vez por todas, a la Iglesia en sus templos, a la Monarquía la deja
de contemplar como una Institución mantenida con dinero público y recorta, pero
en privilegios, hasta conseguir una sociedad más justa e igualitaria. A ver si
de una vez por todas se cierran las heridas del franquismo y la dictadura, y
como en cualquier país europeo moderno y con sentido común se prohíben las
manifestaciones fascistas, incluida la existencia de una fundación dedicada a
la obra sanguinaria del dictador.
Como digo siempre hay mucho que
hacer, pero hacen falta valentía y firme decisión para legislar con
contundencia contra los errores del pasado y del presente. Primero hay que
tomar conciencia de que fueron equivocaciones, y que el pasado no tiene
remedio, el daño está hecho, pero se puede llegar a pasar página, es necesario.
Yo veo poca determinación política en los temas cruciales y delicados, al
tiempo que se mantiene una rigidez incomprensible en otros asuntos que deben
ser dialogados con el esfuerzo de que ambas partes traten de comprenderse entre
sí. El objetivo nunca ha de ser el voto en las próximas elecciones sino hacer
lo que se deba hacer por el interés y el bienestar de la población. En este
extremo, casi todos los partidos políticos tienen una visión miope del asunto,
solo aciertan a prometer lo que en su opinión les acarree más votos, están
compitiendo por las papeletas, quieren perpetuarse en el poder, prefieren las
mayorías absolutas a hacer política y debatir, negociar o consensuar. Muchos
califican a un gobierno multicolor de ingobernable, pero afirman esto por su
falta de capacidad para hacer política, algo que siempre se puede hacer cuando
la ciudadanía está por encima de los partidos, cuando el principal objetivo de
estar trabajando en ese oficio es conseguir lo mejor para la gente, no para
ciertos individuos, no para enriquecerse a costa del pueblo, no para derrochar
el dinero público sino para progresar en todos los aspectos por el bien de
todos.
¿Será este gobierno?, pues no lo
sé, porque dicen que para casi todo hay demasiado poco tiempo. Dicen que los
dos años de legislatura no dan para casi nada, no lo entiendo, mas cuando Rajoy
cada viernes nos sacaba un decreto para hacer lo que quería y recortar en todo
lo que pudo y quiso. El proceso hay que acelerarlo, en España no puede tardar
todo una eternidad, se deben tomar medidas y se deben elevar a ley en tiempo
record para que cunda el trabajo y el dinero pagado, algo a lo que nadie hace alusión
cuando tanto hablan de competitividad, claro, que cuando lo hacen solo se
refieren a los trabajadores no políticos, a los demás, a la ciudadanía en
general, excepto a la clase empresarial, a los banqueros y cuatro más que
tienen negocios o movimientos monetarios nada visibles. Estamos acostumbrados a
ser el objetivo de los recortes, de las bajadas de salarios, de la pérdida de
derechos, de quedar desempleados, de que nos modifiquen las condiciones para
obtener prestaciones o ayudas, etc., pero cuando las cosas van bien, son unos
pocos los encargados de recaudar en sus cuentas corrientes, las de aquí y las
de los paraísos fiscales, que ya se encargan los gobiernos de ofrecerles unas
condiciones privilegiadas para que blanqueen sus dineros defraudados… ¡una
vergüenza! A ver si este gobierno socialista se desmarca de sus antecesores
rojos o azules, en otras palabras: capullos o gaviotas, y hacen lo que tienen
que hacer. Suena mucho últimamente: “¡Sí se puede!”, pero no sé si los
socialistas podrán.
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