miércoles, 13 de junio de 2018

LA VIDA Y LOS BOMBONES

                                                Imagen: www.chocolatplaisir.es

La vida es como una caja de bombones, a veces algunos vienen con licor, otras veces sin él y, otras, vienen con sorpresas. Y te pongas como te pongas no hay más remedio que vivir lo que llega. Dicen los más antiguos y vividos: “de todo se sale”, y algo de verdad tiene la expresión. Algunas personas reciben golpetazos que dan horror, que es como para acabar o quitarse de en medio, pero vemos cómo pasan los años y tras duros varapalos en los que parecen muertos vivientes, se van recuperando, aunque sus vidas ya no son las mismas.
Sorpresa es todo aquello que no esperas y surge de repente, ya me dirán si la vida no es un torrente de sorpresas. La vida es la correlación de instantes nuevos aunque el contexto pueda parecer ser el mismo. Cada instante es original, único, como cada persona, ¿no será que no hay nada que no lo sea?, ¿cómo nos atrevemos a poner puertas al campo? ¿Sabe un pájaro, un mono, un perro o una jirafa algo acerca de Dios?, ¿se cuestionan algo sobre éste o el fin del mundo, las enfermedades o las dietas?, ¿por qué los humanos tenemos un cerebro que nos hace preocuparnos de tantas cosas?, ¿sabemos vivir, conocemos la vida, estamos en sintonía con ella?, ¿qué nos hemos perdido?
Pues, ¡vaya con la caja de bombones!... ¿comprenden ahora que las cosas se escriben sobre la marcha como respuesta a una forma de vida mantenida durante años? Tú sigue comiendo bombones y ya verás. Hay bombones que te enseñan a entregar tu tiempo a otros, esto sucede cuando no queda otra y a todas las familias le llega el momento. Si te resistes, sufres. Si te entregas eres más el otro, te sientes útil, te sientes bien. No sé qué es lo correcto, por tanto, que cada cual haga lo que quiera, se coma el bombón que desee o la cantidad que le apetezca, ¿quién soy yo para regir algo en tu vida?, has de ser tú el que tome las riendas de las mismas y tire hacia adelante.
Cuando crees que todo te sucede a ti, llega alguien que te cuenta que a su hermano o asesinaron con una inyección de antibióticos, imprudentemente en el torrente sanguíneo, o que su hijo falleció cuando solo tenía quince años de un cáncer, o cuando a su madre le quitaron la vida tras una intervención quirúrgica en la que, nuevamente en su vida, se presentó una nueva negligencia médica. Habría que preguntarse por qué esa persona reúne tantas situaciones adversas en su vida. Igual han transcurrido veinte o cuarenta años de unos y otros acontecimientos, pero aún hoy saltan las lágrimas de sus ojos al recordarlo, el dolor sigue dentro de ella, que era hermana, madre e hija de los nombrados anteriormente, fallecidos trágicamente.
 Hay bombones que son demasiados amargos, ¿no creen?, tal vez sea mejor devolver la caja de bombones a la estantería del hipermercado… la vida tiene situaciones duras, difíciles, complicadas y, por supuesto, también: asequibles, divertidas y fluidas… ¡sigamos comiendo bombones!


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