DESESCALADA Y PRESIONES

Es lógico pensar que el Gobierno recibe presiones por todos lados, de lo contrario no tomaría ciertas medidas que maquillan la situación, pero no son realmente efectivas. Hablo de las peluquerías por cita ¿los contagiados no  pueden pedir citas? Hablo de los bares con posibilidad de, primero dijeron 30%, después 50% de su aforo, ¿no puede haber dos o tres personas contagiadas en ese aforo? Lo mismo sucede con la proposición de las mini mamparas de metacrilatos, cuando alguien tosa o estornude, ¿la nebulosa vírica no va a repartirse por todo el local? Hablo de la gente saliendo a la calle, todos hemos visto imágenes de las calles y parques de las principales ciudades del país, en los que se produce verdaderas aglomeraciones sin distancias de seguridad entre ciudadanos. Hablo de las medidas que algunas playas empiezan a imponer con sus ridículas divisiones hechas a base de estacas y cintas, ¿la gente no se va a mover de su cuadricula, y cuando se bañen, quién pone las cuadriculas en el agua? Hablo de que puedan asistir el 50% de los alumnos a las clases ¿y el otro cincuenta por ciento cómo avanza, y en el recreo no se van a juntar para hablar o jugar, y cuando alguien tosa o estornude dentro de una clase…?  Hablo de las tiendas de ropa a las que le exigen que tras haberse probado una prenda una persona, se debe esterilizar, ¿ya tienen máquinas para ello todos los negocios, quién y cómo se controla que se hace?

Sinceramente, en el fondo, son medidas simbólicas para que volver a estar en funcionamiento sea posible, pero con riesgo de contagio disimulado. Solo se trata de un juego matemático, juegan a las posibilidades, dicen… si hay más individuos, hay más riesgo de contagio porque hay mayor posibilidad de que haya en el grupo más gente contagiada o propagadora del virus. Pero esto no siempre puede ser cierto, se puede dar que en un grupo de quince personas haya cinco propagadora del virus, y que un grupo de cincuenta no haya ninguna. Las variantes pueden, como ellos bien saben, ser infinitas, nunca mejor dicho. Mañana puedes quedar en verte con una persona y puede ser transmisora de la enfermedad, y solo estáis dos.

Por otro lado, aunque lo más sensato parece ser que sería hacer test a todo el mundo, tendríamos que hacerlo a toda la población en el mismo momento y conocer el resultado inmediatamente para conocer la situación. Sin embargo, suceden dos cosas, que ni el test se lo están haciendo a todo el mundo, ni se hacen al mismo tiempo, ¿qué puede suceder?, pues que un test hoy negativo, puede ser perfectamente positivo mañana porque contactó con alguien transmisor de la enfermedad. Si fuera posible realizar el test simultáneamente a toda la población y al instante tener los resultados, se podría aislar a los enfermos, a los que lo saben y a los que no lo saben, hasta que estos curasen, de otra manera se me hace un imposible una solución eficaz, pero a los oídos de la gente es balsámico saber que están haciendo test, que se ponen estacas y cintas en las playas, que unos puedan salir a uno hora y otros a otra, que solo puedan ir dos en un coche, uno sentado delante y otro detrás, que solo vayan a una clase el 50% de los alumnos o que en los bares se separen por mini mamparas ineficaces, etc.

Ahora es cuando es el momento, después de haber argumentado mi pensamiento, de preguntarme ¿por qué lo hacen?, y la única respuesta que me sale es por la presiones recibidas, por el miedo a la población, porque sienten que deben aflojar la mano y porque hay colectivos presionando. Supongo que de todo esto debe haber, y el Gobierno una vez más hace lo que cree mejor para la economía, para el trabajo, para los empresarios, que después de todo, a la economía, la han alzado a la posición suprema y le han dado el honor de ser el centro de nuestras vidas. Una sociedad diferente es posible, pero hay que atreverse a soñar y a hacer algo diferente. Yo he esbozado en varias ocasiones una sociedad sin dinero y en la que nadie es abandonado, ni se margina como sucede ahora, pero estos políticos están en la onda de la programación capitalista actual y mundial, ellos mismos son peones del sistema y mayordomos de los poderosos. Nunca van a humanizar el sistema porque tienen enfrente al capital deshumanizador y genocida, diferenciador y clasista. Ellos deben seguir manteniendo la dependencia del sistema corrupto que entre todos los que han legislado y gobernado han creado. Los políticos sí que debieran comenzar a desescalar de su posición de corrupción y traición al pueblo.