Al final todo era algo más grave de lo que en un principio parecía, mi suegra ingresó en el hospital por lo que se interpretó en un principio como una neumonía, pero el mal era más grave y como siempre ha sido una señora educada, respetuosa, tolerante, dialogante, bondadosa, generosa, amorosa y decenas de cualidades más; ha sabido despedirse de todos, aceptar el tránsito y marchar sin molestar, incluso encajándolo con algo de su característico sentido del humor.
Mi suegra ha sido una persona muy especial, a la que siempre hemos tenido cuando se le ha necesitado, jamás le ha fallado a nadie, perfectamente en su sitio para asumir todos los roles que la vida le ha asignado: madre, abuela, esposa, suegra, prima, tía, etc., siempre dispuesta a prestar una mano o las dos, siempre dialogante, comprensiva, tolerante... un auténtico puntal que ha sabido mantener el equilibrio en los momentos más difíciles o desestabilizantes que la vida, como prueba, ponía a su paso. Ha sabido erguirse, agarrar el timón de la nave familiar con fuerza y firmeza, y no soltarlo hasta que los temporales amainaban. Sellaba con maestría y estoicidad cualquier grieta debilitante que pudiera surgir en la unidad familiar.
Mi suegra no ha fallecido temiendo a la muerte, sino mirándola de frente, aceptando, deseosa que llegara la luz, dispuesta y preparada para hacer el retorno hacia la fuente de la energía de la vida. Estoy seguro que así ha sido y se ha liberado a lo grande, ha trascendido esta existencia, atreviéndose a jugar con las luces o hacer las pases con las aves, con esas dos palomas que de inmediato se lanzaron al techo del vehículo fúnebre apenas sorteó la puerta de entrada al cementerio, no abandonándolo casi hasta que los operarios comenzaron a quitar las coronas de bellas y variopintas flores que rodeaban las ventanas del vehículo. Esta situación nos dejó perplejo, pues mi suegra durante toda su vida sintió rechazo a los animales con plumas. Sin embargo, la paz era tal, que mostraba que desde ese otro plano en el que se encontraba ya no existía rechazo alguno.
Mi suegra era de las personas que ha acumulado en vida tales vivencias que la han engrandecido tanto interiormente, que estoy seguro es útil en esa otra dimensión a la que se ha marchado. Por tanto, pienso que le van a encomendar misiones de ayuda a la humanidad, así que estemos atentos porque nos ayudará a ser mejores personas, algo que tanto se necesita aquí en este infierno de competición egoísta y capitalista. Siendo energía eres eterna y ya nos encontraremos en el más allá, besos y abrazos para siempre.
Seguiremos...
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