Hace unos días, EEUU vetó la decisión de un alto el fuego de Israel en Gaza. Cuando escucha esa noticia es inevitable hacerse la pregunta de quiénes hacen unas leyes o unas normas en las que en un conjunto de quince miembros en el Consejo de seguridad de la ONU, pueden echar por tierra todo lo que los demás decidan, pues hay cinco que tienen derecho a veto. Tanto hablar de democracia todos ellos, y resulta que cualquier decisión ha de tener el visto bueno de esos cinco, porque cualquiera de ellos, acaba en un segundo con lo que pacten, o tengan a bien votar o decidir, el resto. Más bien parece una forma de dictadura en manos de los cinco países con derecho a cargarse los consensos de los demás. Esos cinco Países son: China, Francia, Rusia, Reino Unido y, como no, EEUU. Tienen más derecho que el resto, porque según la web del Consejo de seguridad de la ONU, son países permanentes y al resto les llama no permanentes, y solo acceden al Consejo de seguridad por un mandato con fecha de finalización... una triquiñuela como otra cualquiera para dar mayor privilegio a los que permanecen en él siempre.
EEUU protege a Israel, y como el más poderoso le arropa, se siente con el derecho a desarrollar la guerra según sus estrategias, sean más o menos éticas, morales o humanas. Es por ello que EEUU no permite que nadie le tosa a Israel... ¡son negocios, es el juego de la geopolítica! País en guerra, cliente que se gasta un pastón en la industria armamentística americana. País destruido, pues más negocio para las empresas de reconstrucción americanas, y país endeudado hasta los ojos, por tanto, voluntad a los pies de EEUU. Es una estrategia comercial que no repara en número de víctimas, muertos y heridos, desgraciados de por vida, mutilados, huérfanos, viudos y viudas, etc. Personas sin hogar, sufriendo las bajas temperaturas, sin comida ni agua potable, muriendo lentamente sin que reaccione el establishment mundial, y cuando les pesa la culpa demasiado, se reúnen, hablan, deciden, pero vienen los cinco jinetes del apocalipsis y, alguno de ellos, o varios, vetan la resolución, el acuerdo de los demás países que se niegan a seguir ocultando que lo que sucede en Gaza se parece y mucho a un genocidio.
Ninguna guerra es bienvenida, por ninguna razón. Nos han tildado de seres inteligentes, ya solo hace falta que demostremos serlo. Tenemos la capacidad de la palabra y el raciocinio, o así nos lo han hecho creer. Por tanto, que se sienten y dialoguen, que se respeten, que se carguen de tolerancia, de humildad y de humanidad... porque no hay otra, o todos a saltar por los aires, aquello del ojo por ojo o, diente por diente, y todos ciegos, tuertos y a comer sopita. ¡Maldita sea el primero que inventó un arma! ¡Maldito sea el primero que la utilizó! ¡Malditos sean los que aprueban su uso para intimidar al vecino! La violencia no es el camino hacia la libertad, hacia la cívica convivencia, hacia el respeto entre los seres humanos. Es el amor como apertura al otro, como medio empático, como muestra de ayuda desinteresada al otro. Gestos de este tipo no cotizan en los parqués del mundo ni se tornan en cifras sustanciosas, que es lo que siempre andan buscando los que vienen rivalizando por el poder mundial, por la imposición de sus ideas y sus negocios. ¡Malditos sean los que teniendo mucho, desprecian e ignoran a los que nada tienen o poco tienen! De la mano de los dirigentes mundiales actuales, con su mundo mafioso, corrupto y egoísta, estamos todos a punto de una tercera guerra mundial, de que algún loco pulse el famoso botón rojo nuclear o de que, sencillamente, caigamos por el abismo.
Seguiremos...
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