Tal como están las cosas en el mundo, en el ámbito que sea, es necesario que las autoridades despierten del shock en el que andan sumidos y pongan rumbo al acrecentamiento de conciencia mundial. Es esto lo que hace falta, diría que urge hacerlo si queremos vivir en un clima de paz y progreso sin que nadie se nos quede atrás, sin angustia vital por las probables guerras que puedan originarse, sin más mentiras políticas, sin más leyes injustas, sin justicia interesada, sin tanto egoísmo, sin muertes innecesarias, sin pobreza, y con dignidad.
Ayer vi en YouTube una entrevista que le hacen en Jorge Lorenzo, que decía vivir en Suiza, cerca del norte de Italia, que lo hacia por fines financieros, su mente estaba totalmente enfocada a la inversión de su patrimonio con tal de vivir de la renta. No hay nada malo en ello, pero es significativo que estuviera tan centrado en el dinero. No obstante, me llamó la atención, y es lo que quería expresar en este escrito, cuando dijo que primero él, su familia y conforme se alejaba ya todo venía a importar menos o poco. Es ahí donde creo se muestra la carencia de lo que me trae hoy a escribir, no ha crecido interiormente lo suficiente, y nos pasa a casi todos, pues nuestra formación y práctica han sido insuficientes a lo largo de nuestras vidas. De ello culpo a los dirigentes ignorantes y a los prescriptores de materia a estudiar e incorporar en los diversos planes educativos que hemos absorbidos la población de este país, igual en el resto del mundo. Jamás se preocuparon o les importo un rábano incluir materia de concentración, relajación, danza, yoga, taichí o meditación, en los planes de estudios. Tan solo le han dado cancha a esa otra pata del poder gorrón de todos los tiempos, la religión. Esa secta que lleva toda una vida conviviendo con los diferentes gobiernos y viviendo del dinero público, tomando decisiones que no les corresponde tomar, entrometiéndose en la vida de la gente, prohibiendo y atemorizando a las personas. A pesar de ello, seguimos dirigiendo nuestras vidas egoístamente, no han resuelto esa constante fatalista, individualista, y excluyente. No hemos avanzado y muchos lo justifican diciendo que el ser humano es así por naturaleza... ¡error fatal! No somos así, nos han educado y programado para ser así, todo o casi todo se enseña y se graba en un disco virgen, pero es posible y hay métodos para borrar, para desprogramarse, para dejar de ser un autómata y para crecer interiormente, que conlleva el acrecentamiento de nuestra conciencia. Es entonces cuando los demás nos importan y tienen cabida en nuestras vidas y en nuestros pensamientos.
¿Es desconocimiento o es interés puro y duro? Creo que los que tienen poder para implantar artes nuevas, estudios diferentes, o cambiar el rumbo de las cosas, no lo hacen en parte por desconocimiento propio, en parte por que de saber algo acerca de los que tratamos, no les interesa, no interesa a lo que quieren conseguir de nosotros. Esperan obediencia y que no nos coordinemos, que no reaccionemos, que nos mantengamos en nuestro zona de confort y distraídos, sin pensar ni cuestionarnos nada; ese es el estado ideal para los que dirigen como pastores al rebaño. De todo ello resulta que lo van consiguiendo, aunque otras personas lo ven, dudan de esa senda marcada y pactada entre la gente de poder, ponen de manifiesto las carencias y la gente no sale de su penuria, sigue el desempleo, continúa el latrocinio de los dineros públicos, nos parasitan, nos explotan, hay injusticia, hay dejación de funciones, hay un Estado mafioso y corrupto en la superficie, peor aún en las profundidades apenas perceptibles.
Solo el acrecentamiento de la conciencia nos hará seres libres con convicciones y pensamientos propios, gente felices y con valores humanos que se desprenden del comportamiento, de las acciones, de nuestras palabras. No hay que confinarse al círculo pequeño de la familia más inmediata, todos somos lo mismo, la misma energía de vida, hay que llegar al punto en que los demás nos importen, queramos para ellos lo mejor, colaboremos entre todos, nos unamos y lleguemos incluso a amarnos... ¡no hay otra!
Seguiremos...
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