sábado, 13 de julio de 2013

TU Y YO SOMOS LO MISMO


Tú y yo somos lo mismo, creo en ello, este es el motivo por el cual escribo, porque me importas, porque te deseo lo que quiero para mí, porque quiero que caminemos juntos a través de esta existencia. Es tiempo de dejar atrás cualquier rifirrafe, cualquier tontería, porque el ego no puede interponerse entre nosotros. Veo como constantemente hablamos mal de otros, como no respetamos lo suficiente, como siempre tratamos de figurar, tratando de demostrar a los demás, en definitiva, caemos en los juegos de la mente y del ego.
De esa forma, no vamos a ningún sitio, no avanzamos cuando ridiculizamos al otro, no lo hacemos cuando quedamos en un supuesto buen lugar mientras hundimos a otro. No es ese el sentimiento de amor que debemos desarrollar, no es esa la forma en la que tenemos que relacionarnos. A todos nos debe de sonar: que cuando estamos reunidos y hablan los demás, siempre hay quien no permite que aquel concluya su exposición, porque importa menos lo que el otro manifiesta, que lo que nosotros exponemos. Constantemente nos falta paciencia para con los demás, pensamos que nuestras ideas son mejores, que estamos en posesión de la verdad, y tratamos de hacer valer nuestros convencimientos, y estamos poco dispuestos a ser flexibles razonando que otras ponencias o ideas pueden aportar o complementar, e incluso dar un nuevo aire o razón a aquello que defendíamos como nuestra verdad. 
Las personas nos enfadamos con suma facilidad, pasamos de estar de colegueo a la disputa en cuestión de segundos si nos contradicen, peor aún si estamos en presencia de terceros. Somos totalmente bipolares y defensores de un yo, de una imagen mental de nosotros, que queremos perpetuar como si fuera nuestra seña de identidad. Sin embargo, no somos nada de eso, puesto que nos hemos fabricado dicha imagen aparente, y estamos dispuestos a defenderla a capa y espada, contra viento y marea, caiga quien caiga, como si estuvieran mancillando nuestro honor. Saltamos como tigres sin tener conciencia del daño que podemos provocar, alimentamos nuestra ira cuando revivimos lo sucedido mientras se lo comentamos a todos aquellos con los que nos encontramos, y nos dedicamos a echar palos a la candela con la crítica. Siempre buscando la justificación de nuestros actos para poner a salvo nuestra verdad.
Casi todo este tinglado se erige desde la superficialidad, desde lo intranscendente, lo que nos hace pasar casi la totalidad del tiempo en esa capa externa a la que nos agarramos para recibir pequeñas dosis de momentos alegres. Esto nos crea la dependencia del exterior para encontrarnos bien, y nos hace adictos consumidores de lo nuevo para sentirnos bien, cuando deberíamos sentirnos bien y acercarnos a lo nuevo por conocer, no para buscar las gotas de felicidad o alegría.
Ser feliz es ocupar el centro que eres, vivir desde el corazón, sentir amor por todos, actuar desde la coherencia y el respeto, fomentar los valores que nos ratifican como seres humanos, colaboradores de un proyecto universal y por tanto cuidadores de todos los ecosistemas, no destructores, sino conservadores y  fomentadores del bienestar y del progreso. Todo ello envuelto en el ingrediente esencial que es el amor.

Si no somos capaces de alcanzar este comportamiento es porque no nos lo proponemos, no tenemos la intención clara de este proyecto común, universal y humano. Igualmente, si no estamos en esta dirección es porque nuestro egoísmo nos impide considerar al otro igual que a uno mismo. Es porque todavía no acertaste a ver que tú y yo somos lo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

Mis tres primeros libros

Mis tres primeros libros

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE
Volumen 1, 2 y 3

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

TRABAJO INTERIOR

TRABAJO INTERIOR

UN POCO DE MÍ

UN POCO DE MÍ
Críticas y soluciones