ESTÁN PODRIDOS

Este es el trabajo de la hormiguita, grano a grano, tratando de alcanzar el hormiguero; del mismo modo escribo, escrito a escrito, tratando de alcanzar a algún lector, haciendo una reflexión personal e intentando de ayudar a concienciar, al menos a una persona cada vez, con este ridículo objetivo ya sería suficiente. Para qué fijarse grandes metas, por qué voy a confiar en que a alguien le pueda interesar lo que escribo, así que siempre lo hago, en primer lugar porque me gusta y si de paso aporta algo que pueda servir a alguien mejor que mejor.

Está claro que las sociedades del mundo no van bien, hay un orden establecido que se aparta del natural, que se ha forzado por las normas o leyes de los Gobiernos mundiales, que han contrariado las propias leyes de la naturaleza y el hombre como ser vivo se debe a ella, está integrado en ella. Por lo tanto el hombre vive de un modo artificial, fuera de contexto, violentado y violentando su entorno; lo que ocasiona un desorden destructivo que no solo afecta al medioambiente, como estamos viendo con los continuos desastres naturales, sino que también le afecta a la humanidad, que muestra un comportamiento un tanto paranoico, pudiendo mostrar signos de locura individual y, colectiva otras veces.

Convendrán conmigo que irrumpir en lugares públicos con armas y asesinar a decenas de personas es un acto de locura y maldad, que supera cualquier estado de normalidad de una persona. Así mismo, irrumpir donde más público se agolpa con el cuerpo envuelto en explosivos y suicidarse, provocando una matanza multitudinaria buscando la venganza de no se que religión, que te va a procurar el cielo en calidad de mártir de no se que cruzada; convendrán en que es otra muestra del desequilibrio mental y del error de las convicciones de ciertas partes de la sociedad mundial.

Por otro lado sigue sin resolverse el tema del hambre en el mundo, debido a intereses económicos. La muerte de miles, millones de personas, parece no interesar al mundo moderno, desarrollado, que se divierte cada día, tirando dinero en centros de ocio y restauración, pasando horas distraídos frente al televisor, mientras que por una carencia básica y primordial, como es comer, se mueren en cada minuto personas, ¿para dónde está mirando el resto de la población del mundo?

El mundo está girando, debido a la presión de los grandes poderes económicos, hacia los comienzos de la era industrial, han empeorado tanto las condiciones de trabajo que más bien se parecen a las de hace 40 ó 50 años. Están dejando el panorama laboral para que tengamos que comenzar de nuevo a pelear por nuestros derechos, con el hándicap de haber dejado la puerta abierta a los despidos baratos y tener enfrente un elevado número de personas en paro, para despreocuparse de la posible protesta del trabajador; el empresario tiene trabajadores de sobra. Han creado la situación favorable a sus pretensiones: despido barato, salarios baratos, mano de obra de sobra, lo que equivale a nula fuerza para el trabajador ante cualquier reclamación o protesta; el capital sabe lo que ha hecho en nombre de la crisis que el mismo ha creado, disfrazada de necesidad para ser más competitivo.

Solo con los tres casos sobre los que me he referido: la violencia, el hambre y las pésimas condiciones de trabajo, comprenderán que esto no va bien, lo diga quien lo diga: la asociación del rifle en EEUU y todos aquellos que lo respaldan o no tienen huevos de prohibir la libre circulación y tenencia de armas, la FAO, la ONU y toda la cantidad de ineptos, arrodillados a los poderes monetarios, que están saciando sus necesidades personales de nuestros impuestos, en un sistema blindado de privilegios, sin cumplir con sus funciones y obligaciones, engañando a la humanidad, colaborando con el horror y la muerte de seres inocentes, celebrando cientos de actos inservibles e inútiles, son mero simbolismo que no van a ningún lado, que no dan frutos, porque solo saben mantenerse en el tiempo en cargos que le reportan grandes cantidades de dinero por no hacer nada o casi nada. Ellos lo sabrán bien, en su interior llevan su penitencia, saben que deberían hacer algo muy distinto a lo que su cobardía le impide y tampoco tienen la honorabilidad ni honestidad necesaria para dimitir informando a la humanidad de la mentira de los gobiernos y organizaciones mundiales.

Para ser honrado, honesto, integro y por tanto vivir de un modo recto, hace falta mucha valentía en este mundo lleno de personas corruptas, y lamentablemente casi todos los dirigentes de gobiernos y organizaciones, están podridos.