lunes, 20 de abril de 2015

AMANTES DEL CLAXON




Este escrito es para los amantes del claxon, para los nerviosos del volante, para aquellos que no tienen paciencia con los demás, para los que deben de tener todas las prisas, para los que incordian a los demás con el manejo repetitivo del claxon de sus coches. Son personas que se irritan con suma facilidad cuando van al volante y no toleran las maniobras de los demás, tienen que protestar desde su posición de conductor y no encontraron mejor forma de canalizar su enojo, que pulsando insistentemente contra el lugar indicado con el símbolo de la bocina.
Creo que nadie se ha salvado del impaciente que ve como se pone en verde la luz del semáforo, y de seguida ya está reclamando que te pongas en marcha. Si no ha pasado ni un segundo y ya estás embragando para engranar la primera marcha, pero si estás haciendo lo que se debe para empezar a rodar, y … el claxon del que tienes atrás, que protesta por lo que el considera es lentitud. Seguro que el estuvo detenido en el semáforo con la marcha engranada, no le dio descanso al embrague y ahora quiere salir como un cohete, pero eso si, molestando al de delante, reclamando el espacio y deseando que se quite de su vista. Cree que la carretera es suya, que su tiempo es más valioso y que debe estar perdiendo unos segundos vitales. Pues está de lo más equivocado que se puede estar, esta misma actitud la transpolan a otras escenas y circunstancias de sus vidas y, seguramente, no vivirán ninguna situación reposadamente.
Seguro que otros habrán tenido o tienen un vecino que acostumbra a hablar con el claxon. Cuando llega a la puerta de la casa suele indicar a la familia que ya ha llegado o es el típico que le dice a la familia: “cuando llegue tocaré el claxon para que te des prisa y nos vamos, así no me bajo del coche”. Otros avisan para sujeten a los perros porque quieren meter el coche y claro, como no suelen dar respuestas desde dentro, suelen pitar y pitar, una y dos y tres, y …. muchas más. Ellos hacen lo que creen deben hacer, ignorando por completo a sus vecinos, y muchas de las veces, también ignoran el reloj, pasan olímpicamente de la hora, si es demasiado temprano, si es festivo, si es muy tarde, les da lo mismo porque no tienen conciencia del resto del mundo, son ellos, su asunto y su gente, el resto no existimos.
A veces no hay más remedio que usar el claxon porque hay que avisar a otros conductores de algo, una situación de distracción que puede originar un accidente, una puerta abierta, una rueda pinchada, alguna de estas situaciones tan corrientes del día a día. En estos casos se hace una pitada suave y rápida, no existe ninguna intención de molestar sino de apercibir a la otra persona de aquello que hemos apreciado.
Además, el claxon viene con el coche y usted es libre de usarlo cuando le venga en ganas, no soy yo quien le voy a decir como hacerlo, pero va por todos, la próxima vez que vayamos a emplearlo, recapacitemos unos instantes y pensemos en los demás.

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