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La libertad de
expresión la han mandado a hacer gárgaras. Esto es lo que han hecho las
personas que pueden dictar órdenes en este país, en materia de la supuesta
seguridad del país, de la gente, o más bien de sus intereses privados y
electoralistas. Dije bien: “dictar”, porque cada día, según de que tema se
trate, esto se parece más a la represión de las leyes de una dictadura. Yo soy andaluz,
y por tanto, poco tengo que ver con los deseos independentistas de la gente del
Norte, eso comprendo le corresponde a ellos decidirlo, pero entiendo que las
medidas prohibitorias aplicadas por el PP, tan solo hacen que la gente se
sienta peor y más rebelde; o sea, que la manera de obrar del Gobierno en
funciones es una forma de generar mayor crispación y, por ende, más abultada
conversión de gente hacia el independentismo. Vamos a tener que dar la razón a
todas esas personas que se han manifestado diciendo que el PP es una fábrica de
independientes.
¿A qué ha
venido lo de prohibir la exhibición de banderas esteladas catalanas, o la
prohibición de silbar al himno español?, ¿por qué no se prohibieron los
recortes y las políticas de austeridad?, ¿alguien se ha creído que los
españoles hemos consentido de buen gusto todas esas atrocidades con
repercusiones nefastas en la sociedad del bienestar? Y sin embargo nos las
hemos tenido que tragar, aún sollándonos la garganta. ¿Hay o no hay libertad de
expresión en este país, o solo para lo que a unos y a otros les interesan?
Al mismo
tiempo que se ha dado esto, Arnaldo Otegui visitaba Cataluña y se ha formado
otro revuelo, lleno de improperios contra esta persona. Los que se llevan toda
la vida pidiendo que se respeten las reglas del juego, ellos no la respetan.
Esa persona ha cumplido condena por sus delitos, ahora es una persona libre, y
mientras no incurra en nuevos delitos podrá ser como otro cualquiera, ¿no?, más
aún cuando como según parece no tuvo delitos de sangre por acción terrorista, y
fue una persona clave para la pacificación de Euskadi. Arnaldo ha optado por la
vía política para conseguir sus objetivos de independencia para el pueblo vasco.
Tener unas ideas diferentes, pensar en un modelo de país distinto, no creo que
sea un delito, ¿acaso también se le va a vetar a las personas su forma de
pensar o sentir?
La Tierra no
es de nadie, la vida es de cada uno, y unos pocos no pueden ni deben imponer a
un colectivo la forma de vivir, si es contraria a como desea hacerlo el
conjunto de los ciudadanos de una región. Vuelvo a poner el ejemplo que un día
se me vino a la cabeza, mientras reflexionaba en esto y en lo que oía; la gente
suele decir que la separación de los catalanes lo debemos decidir entre todos
los españoles, y yo digo que es cosa de los catalanes, ¿por qué? Porque es como
si en su casa un hijo quiere emanciparse y lo tuviéramos que decidir entre
todos, pudiendo ocurrir que prefiriéramos que no se marcharse. O sea, le
jodemos la vida y sus planes futuros, porque a los demás miembros de la familia
no nos parece bien que se vaya. Eso no es una forma de respetar a los demás, lo
mismo ocurre en Cataluña. Se les debe dejar decidir, libremente, a todos los
catalanes, sin presiones de ningún tipo, si quieren ser parte de España y tener
un proyecto común con el resto de la organización, o desorganización, del país;
o quieren construir su hipotética e idílica sociedad o país independiente.
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