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Al despertar esta mañana puse la radio, llamándome la atención una noticia bestial, el conocido como loco del chándal había sido detenido tras intentar incendiar dos viviendas con sendas propietarias impedidas en su interior, ambas personas son hermanas de un exalcalde de la población de Almadén de la Plata, de donde es el loco del chándal.
Hasta ahí puede parecer algo habitual de un delincuente que se atreve con un asesinato, tal vez, pueda interpretarse como una venganza, pero la bomba de la noticia llegó cuando el locutor hizo un poco de repaso al historial del individuo. En 1997 fue condenado a 169 años, nada más y nada menos, por un asesinato con alevosía, seis asesinatos con alevosía en grado de tentativa, tres delitos de lesiones, una agresión sexual y un hurto… vamos ¡una joyita!
En 2013, gracias a la suspensión de la doctrina Parot, quedó en libertad y, desde entonces, no ha dejado de estar implicado en palizas, amenazas de muerte, agresiones sexuales, etc., hasta que se ha atrevido a prender fuego a dos casas, como dije anteriormente, para tratar de acabar con la vida de las hermanas del exedil. Como había testigos le han vuelto a apresar, no sabemos en esta ocasión cuánto tiempo estará quitada de circulación esta "bomba callejera".
Cómo es posible que ciertas leyes se tomen tan a rajatabla, como fue la excarcelación de un peligro de este tipo por la suspensión de la doctrina Parot, que aseguraba las condenas integras, incluso que se pudieran prolongar en el tiempo si los presos no estaban listos para la reinserción, y dejaran a este individuo en libertad, que como se sabe, se negó a seguir un tratamiento psiquiátrico mientras estuvo encarcelado.
Con los que hacen las leyes no estamos seguros, con la falta de sentido común de los defensores de la libertad a toda costa, lo único que hacen es poner en peligro al resto de la población. Tendrían que existir mecanismos legales para que en estos casos tan evidentes, los delincuentes, en este caso asesino, no puedan abandonar la prisión.
Casos como este hacen que la ciudadanía no entienda la forma de obrar de la justicia, crea que no hay justicia o que la justicia no vale ni un duro. Al mismo tiempo que alguien con menos de dos dedos de frente saca a la luz una suspensión de las condenas integras, tiene que haber otros que sí tengan esos dos dedos de frente para añadir al texto de esas leyes, enmiendas que hagan excepciones para que no se produzca este abandono… ¡dejar un tipo peligroso en plena calle!
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