SIN BOLA DE CRISTAL NO HAY NADA QUE HACER

 

                                          Imagen: www.businessinsider.es

Cada región pone unas normas para combatir el virus, el Gobierno hace lo que puede o le imponen… ¡aquí nadie sabe nada, ni hacia donde nos dirigimos! Unos medios dicen que los hospitales empiezan a estar en situación crítica, mientras que algunos doctores dicen que son informaciones falseadas y que obedecen a no sé qué concierto de los poderes monetarios que quieren implantar un nuevo orden mundial que se atrevieron a mencionar en el propio Congreso de los Diputados.

Se quejan todos los gremios o sectores productivos porque no les llegan las ayudas. Ahora todos pretendemos vivir de las ayudas del Gobierno ya que no nos dejan trabajar… ¡es así como se expresan muchos! Ya no importa engancharse a un pecho del Estado y nutrirse todo el tiempo que haga falta, pero la verdad es que si pocos trabajan, los ingresos del Estado se reducen, y si éstos se reducen, aquí no hay dinero para pagar los servicios públicos y a tanto parásito. Somos, tal vez, el país europeo con mayor número de políticos, asesores, ministros sin formación de la tarea que desempeñan, funcionarios, pero sobretodo de enchufados e inoperantes en empresas públicas, con respecto al número total de habitantes, amén del comité fantasma que se inventaron y con el que nos tuvieron engañados durante meses.

¿Qué va a pasar?, nadie creo que esté en condiciones de poder contestar acertadamente, pero la que se nos viene encima va a arrasar tipo tsunami si la máquina de hacer dinero no lo remedia. O sea, es como tener una sociedad sin dinero, esa a la que he dedicado algunas letras tiempos atrás, pero como se niegan que sea así la situación, superponen otra ficticia, la de regalar el papel impreso, aunque el valor del mismo caiga por los suelos y el país se vaya endeudando progresivamente conforme se vayan prolongando los estados de emergencia, alerta, excepción, o como quieran llamarle.

Parece que la jugada le está saliendo a China, epicentro del mal, origen del escape viral, debida o indebidamente, tramada o sin tramar, yo no estoy seguro de nada a estas alturas de la película. Desde luego que la economía mundial está siendo fuertemente golpeada, la productividad también y, entretanto, quien se erige por encima de todos es la China. Al mismo tiempo que eso sucede, allá donde todo comenzó, hacen vida normal tanto social como laboral. Los demás continuamos jodidos en todos los sentidos, y ellos avanzan… ¿cómo se hace?

Por un lado, están probando el poder de todos los Gobiernos sobre sus ciudadanos en un ejercicio de sometimiento. Por otro lado, están provocando un distanciamiento sin igual entre la gente, al tiempo que utilizan estos periodos de alerta o emergencia para gobernar por imposición con el pretexto de que la urgencia les respalda. De ese modo, los Gobiernos pueden descaradamente sacar los pies del plato y hacer legal lo que a ellos parezca conveniente, aunque muchas veces solo respondan a intereses particulares y no colectivos.

La gripe española, con muchos menos medios que los actuales, no sin llevarse por delante a millones de seres, remitió a los tres años, esa es la esperanza que nos queda, aunque algunos quieran hacer el negocio del siglo con la dichosa vacuna. Dichosa, porque nunca antes fue posible obtener una vacuna segura en menos de ocho o diez años, ¿antes los investigadores eran tontos?, ¿lo que valía hasta anteayer ya no es válido hoy? Nos hacen ver que la situación es fatal, de eso ya se encargan todos los medios de comunicación que desde marzo no dejan de martillear nuestras cabezas. Creo que será imposible que alguien siga escuchando los informativos o viendo la televisión convencional, porque estoy seguro que debe andar bastante desequilibrado y muerto de miedo.

Los políticos no pueden dirigir un barco si ninguno tiene la correspondiente formación y experiencia exigida para las tareas que exige el mal. Son los profesionales de la salud, los médicos, los investigadores, los biólogos, todos esos son los que deben estar conduciendo esta situación, ¿cómo se puede dejar la responsabilidad en un ministro de sanidad que es un filósofo? Tendrían que haberse echado a un lado para ceder el timón a un grupo de profesionales y expertos en la materia, para que estuvieran proponiendo las medidas. Ya se les tendría que haber caído las caras por la vergüenza.

No vengo a hacer una campaña de publicidad de nada, no fabrico nada, no vendo nada, pero sí hay muchos diciendo que cualquiera que enferme podría tener un remedio rápido y efectivo en el dióxido de cloro, cualquier Estado responsable debiera pedir voluntarios, igual que hacen cuando van a probar vacunas sin conocer los riesgos y efectos secundarios que pudieran resultar. El estamento médico y farmacéutico, además de ganar dinero, debieran estar en situaciones como esta para pelear por salvar vidas e investigar otras soluciones, pues todas no pasan por los químicos sintetizados en laboratorios, patentados para prohibir el uso a los demás y enriquecerse.

Produce nausea cuando se ve que los Estados se arrodillan ante los entes superiores para asumir un plan que, quizás, sea totalmente contrario al bienestar general. Es nauseabundo someter a toda la población y empobrecerla, en un acto de autoritarismo y cobardía, al mismo tiempo.