Una vez más engaño sobre engaño, igual que hacen todos los políticos ávidos de ejercer el poder y dictar las normas que más le gustan a ellos, critican a aquellos que le antecedieron y, a su criterio, no hicieron nada por mejorar la situación de la ciudadanía frente a un abuso monopolista. Esto sucede actualmente al gobierno bicolor, supuestamente de izquierda, protector de los derechos de la gente, criticaron aquello en lo que ellos incurren ahora haciendo el juego a los oligopolios eléctricos. Aquellas empresas que en su origen eran públicas se privatizaron para explotar el monedero de la población y, cómo no, para pactar sillones millonarios reservados para ex políticos protectores y mecenas de dichas corporaciones, fastidiando los intereses generales de los españoles.
De nuevo el gobierno de una izquierda irreconocible se vende y se rinde a los mandatos de esas organizaciones, puesto que fue terriblemente cobarde como para legislar en defensa de los bolsillos de los trabajadores, lo que al mismo tiempo favorece los ingresos y cuentas corrientes de dichas empresas, así como las de los políticos infiltrados de perfil en sus consejos de administración, por supuesto sin entender ni una papa, como vulgarmente se dice, de lo que allí se genera, se vende, y a lo que a todos nos obligan a consumir, en una nueva castración de nuestra libertad.
Cualquier cosa que vienen argumentando es mentira, primero Pablo Iglesias se viene metiendo todas sus promesas por el ano, segundo la Ministra de Hacienda intenta convencernos de la dificultad actual para obtener energía verde debido a la contraria climatología, evidentemente es falso cuanto dice y lo hace con el nerviosismo que le caracteriza. Un Gobierno “de izquierda” defensor de los grandes empresarios de la energía y contrarios al bolsillo de los ciudadanos, esto no hay quien lo entienda. Subidón casi del treinta por ciento, quizá resulte superior, en plena crisis de pandemia, con millares de personas en situación de ERTE, muchos sin cobrar, salarios reducidos, inestabilidad total en el plano laboral y económico en el país, y el puñetero gobierno, por no calificarle con un exabrupto más agresivo, consiente que la amoralidad de esos señores se imponga al derecho a calentarse cuando casi toda España tiene temperaturas que rozan los cero grados, amén de algunas zonas bajo cero y con metro y medio de nieve en sus calles. En esa situación tan necesaria de disponer de un brasero, de una calefacción bajo la mesa, vienen esos codiciosos empresarios apoyados por miserables políticos a saquear la cartera de la ciudadanía española. Si los políticos estuvieran todos a SMI otro gallo cantaría, ya verían si les iba a llegar el sueldo para terminar el mes, como le sucede a una buena parte de las personas trabajadoras de este país, pero qué tranquilidad da en esta piel de toro, como algunos le llaman, estar subvencionado, además con las cantidades de varios miles de euros, que ellos mismos asignan a sus cargos públicos… ¡viva la Pepa!, con doble sentido, por eso la defienden tanto, es la Constitución, su Constitución, es su convenio laboral-festivo, por el que se dan para sí todos los privilegios de los que no podemos gozar los ciudadanos, incluidas las comisiones o dietas, hasta por no ir al lugar de trabajo, o permitirse unas vacaciones de las que ninguno de nosotros podemos disfrutar.
Todo lo dicho y mucho más está recogido en ese librito tan sagrado para los políticos y la Casa Real, o sea, todo el compendio de gente subvencionada que nos obligan a mantener. A ellos y a buena parte de su descendencia, creando fortuna desde que son pequeños para que vivan sin apuros cuando sean mayores. Para entonces les aguardan puestos concretos y reservados, que de no existir se inventan, pero eso sí bien pagados, ochenta o cien mil euros al año… ¡ninguna tontería!
Como vemos, España da igual que sea gobernada por los de una tendencia o los contrarios, pues todos vienen y nos roban del mismo modo. Si en las próximas elecciones no fuera nadie, pero nadie, a votar, estoy seguro que se lo echarían a suerte como cuando éramos pequeños y hacíamos algunas rondas para ver quién la quedaba. Esta gente piensa seguir robándonos, con nosotros o sin nosotros. Crédito cero para esta horda mafiosa sea del color que sea, porque mienten como bellacos.
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