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Los culpables son… los culpables son, y así sigue la letra acompañada de la melodía navideña que todos nos podemos imaginar. Una vez más… los culpables son… los culpables son, bien hasta aquí la broma, que como veremos no es ninguna broma, sino la estrategia de los que mandan. De verdad que siento repulsión, asco, por tener que recurrir una y otra vez a la conspiración, y no porque haya nada de malo en ello, pues de no haber sectores críticos, la situación sería de auténtico atropello salvaje y aniquilación.
Las hordas de poder continuamente nos culpan de todo lo que ellos hacen mal, de todas las consecuencias de su codicia; lo hicieron con la crisis económica inmediata a la especulación descontrolada de hipotecas subprime y el hundimiento financiero provocado por el sector bancario. Nos hacen responsables del cambio climático, si es que existe o, sencillamente, es un ciclo natural de cambio de temperaturas global, como ha sucedido en otros momentos de la historia de la humanidad. Ahora nos hacen responsables de los contagios y de expandir el mal por medio mundo. Cantemos un poco más para cachondearnos de todos esos indeseables: <<los culpables son… los culpables son…>>, ¡que suenen las panderetas! Sabemos que los únicos culpables son ellos, esos mismos que restan libertad a la ciudadanía, esos que hicieron las cosas mal, que organizaron peor, esos que hicieron dejación de funciones, esos que pretenden seguir actuando desde la maldad que les caracteriza. La gente no es culpable por querer respirar sin llevar todo el puñetero día un trapo en la boca y la nariz. La gente no es culpable por querer visitar a sus amigos y familiares. La gente no es culpable por querer trabajar. La gente no es culpable por querer ir a los establecimientos a la hora que le venga en ganas, ¿también seremos los responsables de hundir la economía del país? La gente no es responsable por querer besar y abrazar a quienes quiera.
Los responsables tienen nombres y apellidos, nacionalidades, planes, estrategias, estuvieron trabajando para componer un arma biológica en algún laboratorio, y cometieron un delito genocida mundial con intención o sin ella; esos son los verdaderos culpables, a los que parece nadie está buscando, a los que ninguna justicia mundial persigue y juzga. Los culpables son… los culpables son… ellos, esos ni colgados en la Plaza Mayor, a la vista de todos, estarían pagando por todo lo que han provocado mundialmente. La ciudadanía no es culpable de nada en este asunto, es víctima, todos somos víctimas de que haya descerebrados investigando para aniquilar poblaciones enteras, para emplear sustancias peligrosísimas contra la humanidad, con un afán belicista y una rivalidad que siempre oculta el deseo de control económico y ansia de poder.
Al final, si no se hace justicia, como sucede con los saqueos provocados por la corrupción, o con este mismo ataque biológico a la población mundial, veremos que solo es una estrategia de negocio, al tiempo que una desestabilización del orden económico. ¿Qué se persigue con ello?, lo veremos en poco tiempo, cuando el derrumbe de cartas sea completo y una situación similar a la crisis del 29 se haya instalado en el globo. Vendrá el cierre masivo de empresas que no puedan soportar gastos y horarios reducidos impuestos por las autoridades subvencionadas, ellas sí tienen sus emolumentos asegurados a costa de todos nosotros. Vendrá el desempleo a lo bestia, no habrá dinero para pagar prestaciones ni pensiones, todo se vendrá abajo y moriremos en la más absoluta miseria, ¿esto no es motivo suficiente para dar una lección a esas hordas de la maldad a las que me referí con anterioridad? Si esta barbarie se deja pasar sin condenar a los culpables, dará pie a que otros hagan lo mismo cuando sus agendas lo indiquen, obedeciendo a deseos oscuros, malvados y ajenos a los intereses de la humanidad.
Los culpables son… los culpables son… todos los gobernantes del mundo, todas las autoridades que pudiendo hacer algo para capturar a los responsables de este genocidio, no hacen nada.
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