Con todo lo que le gusta a mucha gente el dinero, y lo recelosa que es la gente para soltarlo así como así, no entiendo cómo hemos llegado al punto en el que estamos, que hay una reacción nula frente a toda esa gente que ocupa cargos públicos y nos roban. Roban, despilfarran nuestro dinero, empeoran los servicios públicos por no destinar el dinero suficiente para conseguir unos servicios perfectamente dimensionados a la demanda existente por parte de la ciudadanía. Cómo le hacen el juego a las empresas privadas para que se produzca negocio y comisiones para sus partidos, o para sus cuentas bancarias, para acumularlo debajo del colchón o sacarlo del país.
Son demasiados golfos a los que mantenemos, son demasiados partidos políticos salpicados por la corrupción estructural de los mismos, no podemos creernos que sean casos aislados, porque desde que tengo sentido común y capacidad de razonar, ha sido así. Roban los de la izquierda y los de la derecha, ninguno está centrado en conseguir el bienestar de la ciudadanía, solventar sus problemas y hacer progresar al país. Están en otros chanchullos oscuros y turbios, están en la corrupción y en el ejercicio de las técnicas mafiosas. Están en la obediencia a los poderosos del dinero, que para seguir haciéndose más ricos necesitan que haya pobres obedeciendo y trabajando con salarios ridículos, pero que generen el mayor beneficio posible, que es a lo que han dado en llamar competitividad o productividad.
Un cambio de sistema de gestión de lo público es necesario y urgente, hay demasiados puestos de trabajo dados a dedo sin rentabilidad alguna más que el incremento del tráfico de influencia y la compra de votos, del personaje que sea, con determinado cargo de poder dentro de las Instituciones. Aquí los que siempre salen ganando son los políticos por tener el poder de hacer leyes, y como es lógico pensar, no van a legislar en su propia contra. Urge que se modele un sistema de gestión, o mejor dicho de autogestión a través de una Junta de ciudadanos voluntarios, que alternen sus labores habituales con la gestión de todo lo que atañe a la gente y al país, dicho así como conjunto de toda la población que vive en él. La Junta solo debe marcar las directrices acordadas por la ciudadanía, y para eso tenemos una legión de funcionarios para acatar y hacer posible las decisiones de la gente.
Se debe entender que nunca será posible desembarazarnos de la gentuza que gobierna, sea del color que sea, siempre ajena a la ciudadanía por lo que hemos visto, si no conseguimos que este propósito, este deseo de autogestionarnos y no seguir obedeciendo a gente tan inepta y al servicio de los poderosos, arraigue en cada de nosotros y nos unamos.
Seguiremos...
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