Una vez más los de arriba no responden como tendría que ser respecto a las tropelías en las que de algún modo son participes. ¿Cómo es posible que en cada uno de los casos de corrupción cometidos por los partidos políticos, los secretarios generales de los mismos así como los que están, en términos eléctricos, aguas arriba, no se enteren de nada? ¿Se chupan el dedo? ¿Están solo para llevarse la pasta y ya está? A la policía judicial había que dotarla de competencias para arrestar y presentar directamente ante un juez a todos aquellos, que una vez investigados, se haya comprobado que metieron la mano en la caja pública, o derrocharon nuestro dinero, o lo despilfarraron en los vicios que más le molaban.
No se puede seguir manteniendo leyes hechas a medida por aquellos propensos a delinquir. Las leyes han de estar hechas por ciudadanos corrientes, que indiquen el fin que se persiga, aunque la forma se la den juristas con experiencia, pero sin vinculación alguna política. Los actuales jueces, muchos, demasiados, están captados por tal o cual ideología política o partido, y no concluyen con equidad y justicia sus sentencias. Es un desgraciado incidente que siempre estén los políticos a la que salta para enriquecerse, ventas de mascarillas, adjudicaciones a dedo, enchufes laborales, cargos que en nada se corresponden con sus currículos, etc. ¿Cómo es posible que el asesor más cercano del Ministro Ábalos, fuera portero de discoteca, guarda de seguridad, y no sé cuantas cosas más que en nada da valor a su persona para llegar a ser asesor de Ministro y, por cierto, comisionista de grandes compras de mascarillas en época de pandemia? ¿Es un puesto a dedo? Seguro que lo ha de ser, puesto que los ministros los nombra entre personas que dicen son de su más absoluta confianza. ¿Y Ábalos estaba en lo de las mascarillas, y en los diez millones de comisión que presuntamente se han pagado a su asesor, según ha trascendido en los medios de desinformación y manipulación masivos?
La ciudadanía trabajadora y decente ya está hasta una cuarta más abajo del ombligo de soportar gentuza que le roba. La movilización ciudadana debiera ser total e interminable hasta proponer una fórmula para acabar con el sistema de manipulación y parasitación a la ciudadanía. Es necesaria la unión de todas las personas contra el sistema mafioso y corrupto impuesto por los de arriba, y más arriba. Hace falta la revolución de las personas contra la trampa establecida como sistema democrático, o Estado de derecho, porque aquí no existe justicia contra los poderosos que abusan de los ciudadanos y de sus bienes o patrimonio.
Los de arriba tienen que abandonar sus cargos, porque rigen a un equipo de gente, muchas veces delictivo, y son los responsables de lo que sucede en sus "casas". Tienen que caer los de arriba, y hay que acabar con la fragmentación ciudadana y con la secta mafiosa de partidos políticos, gente corrupta a las ordenes de las movidas de dinero, siempre con sus bolsillos bien abiertos para que entre todo lo que puedan pillar. No votemos más, como medida de desprecio hacia una clase social que nos está traicionando continuamente.
Seguiremos...
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