Suben los impuestos de alcohol y tabaco,
por lo que entiendo que el Gobierno tiene que recaudar, y claro como los
impuestos, sobre estos artículos, los llamados indirectos, los pagamos todos en
el mismo porcentaje cuando adquirimos estos productos, vuelve a gravar a las
clases menos pudientes.
Necesitan dinero, tienen que recaudar
y disparan, lo que no caben son las milongas de que se hacen para reducir el
consumo de alcohol y tabaco. Si quisieran hacerlo, sencillamente, se pondrían
precios prohibitivos o se prohibiría su consumo. Mal lo uno porque de nuevo
serían productos exclusivos para ricos, y malo lo otro porque los ciudadanos no
tendríamos que estar maniatados por los caprichos o decisiones de los
dirigentes.
Se deberían de recomendar las
cosas, y educar para alcanzar los niveles adecuados que posibiliten una
decisión libre y responsable. Pero no ha de ser tarea, ni obligación, y mucho
menos un derecho que se tomen con la libertad que suelen disfrutar, unilateralmente,
los Gobiernos.
A la población se le permite
disfrutar de las drogas que los Gobiernos consienten, aunque provoquen muchas
enfermedades, adicciones y muertes; como sucede en el caso del tabaco y el alcohol.
Está muy extendido, han permitido que así sea, recaudan mucho dinero con este
comercio, y sin embargo, hay drogas de uso bastante amplio como el cannabis,
que los ciudadanos usuarios han decidido ingerirla, y habría que preguntarse:
¿Qué potestad debe tener un Gobierno para prohibir aquello que una parte de la población
acepta de forma responsable?
Del mismo modo nos obligan al uso
del cinturón de seguridad al conducir, llevar el casco cuando conducimos moto,
tener que pasar una ITV pagada por nosotros, inspecciones técnicas de
viviendas, presentar la declaración de la renta en una fecha cuando ellos
tienen todos los datos, etc. NO quiero decir con todo esto que yo sea un insumiso
de lo que voy citando, cumplo las normas, unas con mayor agrado que otras, como
nos pasa a todos, pero voy al fondo de la cuestión, a la consideración del
derecho que se toma el Gobierno para imponer, obligar y multar, en su afán
recaudatorio.
Si buscan la seguridad de los
ciudadanos por qué tenemos que pagar por ello, por qué no nos consideran lo
bastante maduros como para que elijamos por nosotros mismos, por supuesto desde
el respeto al orden público. De lo contrario, que se legislen las medidas
judiciales para castigar a los incivilizados.
El problema de los Gobernantes es
que no escuchan a los ciudadanos, no nos respetan, nos oprimen con sus leyes a
medida de sus intereses, y con el bunker que tienen construido alrededor del
Gobierno, que no permite la permeabilidad de la opinión pública, al mismo
tiempo que blinda los privilegios de los dirigentes. Estamos engañados, este sistema
no merece la pena mantenerlo, está agotado como dicen algunos, ha petado por la
codicia de ciertos sectores de poder.
La regeneración es necesaria, el
sentido común, y el reparto de funciones, porque los políticos con el tinglado
que han montado se sienten invulnerables, a lo que ayuda la inestable y
acojonante situación económica-social que han creado con su pasividad,
colaboración y connivencia con la clase banquera. Este flirteo es peligroso
como estamos viviendo y los políticos no reaccionan por conveniencia.
No se lo que está pasando en
España, han venido a por nosotros, a por nuestros derechos adquiridos, y en
lugar de salir el Gobierno al paso en favor de los ciudadanos, nos está
poniendo el pie en el cuello. ¿Alguien quería los recortes, las bajadas de
sueldos, las perdidas de las pagas extraordinarias, que dejen a nuestros hijos
sin estudiar porque no podemos pagar sus estudios, que le dieran nuestro dinero
a los bancos, y que el nivel de corrupción tan bárbaro se llevara el dinero de
todos, con las zancadillas del Gobierno a la justicia, mientras que ellos
siguen viviendo como reyes con sus sueldos millonarios, fijados por ellos
mismos?
De nuevo, vemos que de escuchar
nada. Hacen lo que les conviene a ellos, a sus amigos y amos. Esto es lo que
tiene cuando se vive en un nivel prestado que no te corresponde. Son ellos los
que han vivido y viven por encima de sus posibilidades; las consecuencias de su
ineptitud las pagamos todos.
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