No queremos más espacios para la mentira y las falsas promesas, queremos soluciones reales a los problemas de la gente: falta de trabajo, falta de viviendas, falta de ingresos, sanidad ineficaz, etc. Queremos buenos servicios públicos, menos privatización o ninguna, extinción de lo privado si ello significa un reto al bienestar de la ciudadanía y un gasto innecesario. Queremos dar la vuelta al calcetín, es prioritario oponerse contra la podredumbre que se apodera del mundo, que asesina personas inocentes, que mantiene en umbrales de pobreza y hambre a millones de personas. No queremos elecciones, queremos más verdad y honestidad, algo que los políticos, tal como los conocemos, no nos van a aportar. Es por ello que ninguno de los que están peleando por llegar están en condiciones de ofrecer dichas soluciones, lo saben y mienten, esconden las cabezas bajo la tierra que pisamos, son avestruces, de ahí no pasan.
La política tal como está diseñada, legislada y acomodada en la sociedad, no va a ser la solución de nuestros problemas, dicho de paso, muchos de ellos o casi todos, causados por la acción política que durante muchos años llevamos soportando. Lo han construido bien para dejarnos al margen de cualquier toma de decisiones, ellos se la guisan y ellos se la comen solitos, y cuando algo creen haberlo dejado un poco al lado, lo incluyen mediante una de esas leyes que suelen hacer a su favor en la consecución de sus privilegios y prebendas de todo tipo. Para el resto de lo que pueda representar peligro para ellos o sus dineros, ya legislan a medida y maniatan a la justicia. Por fin he comprendido lo de la venda en los ojos de la justicia, no es para juzgar a todos con equidad, sino para no ver aquello que los políticos y ciertas personalidades hacen, todas sus tropelías, sus delitos, sus robos y la infinidad de veces que los demás sabemos meten las manos en la caja de los dineros públicos.
Nuevas elecciones siempre significa más gasto para el erario público, pero a los políticos no parece importarle nada, si hace falta la repiten dos o tres veces con tal de llegar a donde quieren llegar y llevarse para sus partidos todo cuanto deseen. La política va por un carril de la autopista de la vida, y el desarrollo de la vida de los ciudadanos va por otro carril, solo se encuentran cuando los políticos necesitan para su circo particular que la gente siga creyendo que es imprescindible para dar un rumbo a la situación, pero que siempre es mentira, se alternan por acuerdos de ellos, y nunca cambia nada en lo esencial, porque todos los que llegan se deben a los mismos, a los poderosos del dinero, que son los que a la postre dirigen las políticas de los gobiernos, tengan el signo que tengan. La desobediencia civil es imperiosamente necesaria para dar una torta sin manos a todos los políticos, la revolución pacífica de la gente es ponerse de acuerdo para dejar las urnas vacías. Hay que decirle a todos estos caraduras que no confiamos en ellos, que sobran en esta sociedad, que no nos valen y que el poder es nuestro de los ciudadanos, no de los sinvergüenzas gobernantes que alejan el bienestar de la gente.
Seguiremos...
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