Estamos bien hartos, al menos yo lo estoy, de que los supuestos representantes de la ciudadanía, que no es así, sino parásitos de la misma y de su dinero, nos roben, sigan robando y vuelvan a robar. En todos los momentos más críticos hay alguien de algún partido político, del gobierno, amigo o familiar de los mismos, que se beneficia de unas subvenciones a fondo perdido, de una evasión de dinero de las arcas públicas, vamos de una migración de dinero a los bolsillos de alguien, a las cuentas de alguien en algún paraíso fiscal, o despilfarrado en comilonas, rondas de copas, servicios sexuales, droga, etc. Sucede a los Presidentes de Gobiernos, a Presidentes de Comunidades Autónomas, a Secretarios generales de partidos, a Diputados, altos cargos públicos, y a todo el elenco de familiares, novios, amigos, amigas, novias, mujeres o maridos, etc., de todos ellos.
Y como hacen las leyes, se protegen con redacciones imperfectas, deficientes, que nunca tratan de agarrar a los delincuentes de su casta, dejando puertas y ventanas abiertas para que puedan salir por patas. A todo eso se le añade la prescripción de delitos, los errores de forma a la hora de proceder en los juzgados... todo bien previsto para que el tiempo transcurra y los delincuentes se vayan de rositas, ni siquiera se les prohíbe volver a ocupar un cargo público de por vida, que es lo que se merecen tras actos mafiosos y corruptos, que es lo que mejor saben hacer estos sinvergüenzas. Tampoco se les obliga a devolver íntegramente todo el dinero birlado, y mucho menos se completa el texto de una ley con algo así como que no podrán recobrar la libertad hasta que hayan devuelto hasta el último céntimo mangado, timado o estafado, que viene a ser lo mismo.
Para las próximas navidades a ver si a alguien se le ocurre componer un villancico con el estribillo citado como título de este escrito: Pero mira como roba la casta política en España, roba y roba y vuelve a robar, y por mucho que votes otros de la casta llegarán. Y en cuanto nos distraigamos, en los bolsillos las manos meterán. Roban, roban y vuelven a robar...
En España ya se ha desplegado la casta gansteril, que con técnicas mafiosas y corruptas, han dejado el país en paños menores, pero lo curioso es que aquí ya nada vale para lo que se les paga. Los cuerpos de seguridad no tienen competencias para detener delincuentes de alta alcurnia aunque tengan todas las pruebas para ello. Los Gobiernos no se las dan para poder salir corriendo con el carrito de los helados cuando motivos hubieran dado como para que les tuvieran que echar el guante. Todo está bien calculado y previsto para que España sea lo que es, un lodazal impracticable, una cloaca pestilente amparada por EEUU y la UE, unas veces para conseguir dinero, otras para que aquellos se sirvan de los gobernantes españoles como si fueran sus mayordomos, sus siervos. La justicia no se practica, sencillamente, no actúa en contra de los políticos que les dan sus cargos como jueces o fiscales. Todo está corrupto aunque sigan hablando de Estado de Derecho o de democracia, ni lo uno ni lo otro, no queda nada de eso, si es que algún día los hubo. La ciudadanía está amordazada, y los medios de desinformación y manipulación masivos, comprados. De la verdad no hay quien se entere, y cuando conviene, nos ocultan todo clasificando como secreto de Estado... bye, hasta dentro de 50 años por la cuenta más corta. Decidme que no es para prender fuego al kiosco.
Seguiremos...
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