Cuando escuchas las noticias y se sienten nauseas de la gilipollez periodística, cómo se ha de llamar, ¿simplemente asco?, ya hemos pasado lo suyo con la violencia de género, machista o doméstica, para que ahora nos vengan con el nuevo término acuñado para la ocasión: violencia vicaria, se supone para cuando un padre o una madre asesina a sus hijos e hijas. Digo se supone, porque con el salto feminista dado en los últimos años, los asuntos más peyorativos casi siempre señalan a los varones, como si la violencia solo la ejercieran los hombres. Si tanto es el problema al que me refiero cómo es que el elenco de ministras feministas no se ha empleado en hacer una ley para impedir que quien mate a su pareja vea más la calle, o sea, impedir que pueda llegar a estar en libertad un día. Todo el que asesina con premeditación, sabiendo lo que hacía, planeando sus actos y consiguiendo quitar la vida a alguna persona, no puede llegar a conseguir la libertad, pues su víctima no volverá a caminar por nuestras calles, por qué ha de tener más derecho un asesino o asesina que su propia víctima. Sé que algunos dirán que el sentido de la prisión es reformar y rehabilitar para que puedan insertarse en la sociedad, pero es que hay actos, como los asesinatos, que son tan graves como para que esos asesinos no tengan derecho a esa inserción. Son monstruos que deben ser discriminados, apartados y que sigan viviendo el tiempo que les quede entre rejas por lo que hicieron.
El periodismo no se pronunciará nunca a favor de las víctimas, no razonarán porque dirán que están para informar, pero tampoco dirán que siempre compartirán la verdad, porque como sabemos todo va a depender de lo que les digan los dueños de los medios que se puede o no decir en sus cadenas. Igual cuando pretenden ser modernos y emplean términos como el de las diferentes formas de violencia, cuando pretenden decir que alguien ha asesinado a alguien, sea su pareja, su esposa o sus hijos. Los políticos tampoco se quedan atrás en este aspecto idiota de querer establecer clasificaciones de lo que es un asesinato o simplemente violencia. No hay necesidad de calificarla y el código penal seguro que antes de todo el revuelo feminista ya castigaba la violencia, se cometiera contra quien se cometiera.
La sociedad cada día repugna más, que no los seres humanos, que no la humanidad en su conjunto, sino ciertos tipos despreciables que todo lo pretenden convertir en negocio, y es ahí el problema. La sociedad identificada como el sistema que nos relaciona, con sus normas tendenciosas dictadas por políticos serviles al poder económico, a esos clanes mafiosos de poderosos, que solo viven para hacer dinero de cada paso que dan. Mientras el capitalismo impere en el mundo, al menos de la forma tan desalmada y agresiva o despreciativa con la que se manifiesta hacia el resto de los mortales, solo habrá enfrentamientos, guerras, agresividad de todo tipo, explotación, pobreza y ruina para muchos, ganancias para pocos.
Los políticos y el periodismo a las ordenes de los amos del dinero, es justo se extingan por el bien de la humanidad, para asegurar su bienestar y permanencia en el Planeta. La sociedad ha de reaccionar contra el poder impuesto, que no es más que una usurpación del poder que corresponde ostente la gente de la calle y no una minoría ejerciendo una dictadura disfrazada de democracia, que no la es, ni ellos nos representan. Son mafiosos y corruptos desvalijando todo lo público para enriquecerse ellos y a los que sirven.
Seguiremos...
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