Mr. Bonilla, haga el favor de decirme cómo debo coger una cita para mi médico de familia, o bien, dígame por qué nunca soy capaz de encontrar un día ni una hora disponible para que mi médico me pueda llamar por teléfono o ver en la consulta. No me puedo creer que este sea el plan, su plan de mejora de la sanidad pública andaluza. Son pocas veces las que necesito visitar a mi médico, afortunadamente, pero cada vez que me han realizado una prueba, me las veo y me las deseo, primero para que me la hagan, segundo para conseguir enterarme de los resultados, y en este caso, lo más importante la interpretación de mi médico, si se requiere un tratamiento o alguna prueba complementaria. La incertidumbre, el no saber qué te sucede, no creo sea la mejor tarjeta de visita de su gobierno, y no estoy haciendo acoso y derribo, como acostumbráis a hacer todos los políticos con los contrarios, sino que la salud es otra cosa. Tampoco es salud que les llenen a las empresas privadas los bolsillos y las cuentas bancarias con dinero de todos los andaluces, con tal de salir por la radio diciendo que hay cinco mil pacientes menos en las listas de espera, sabrá Dios de cuántos enfermos se compone la lista o listas, y si las cifras son verdaderas o camufladas, porque la información publicitaria de los políticos deja mucho que desear.
Gestionar adecuadamente lo que es de todos, es saber y querer dimensionar correctamente el servicio público a la demanda ciudadana. Tener el número de sanitarios que se correspondan con la demanda, repito. Que las personas no vayan a urgencias de un hospital y se lleven seis o siete horas para conocer qué le sucede, si se lo dicen. O que no tengan que esperar tres horas a que les recoja una ambulancia para ir o volver del hospital. Que no haya alas cerradas en los hospitales por falta de personal que las atiendan, mientras tanto, millones de euros para el grupo tal o cual, que se asentaron alrededor de los centros hospitalarios más importantes de nuestras ciudades. Conciertos millonarios con el sector privado, que es lo que parece interesa y da rédito a los políticos, rédito en forma de comisiones o mordidas de algún tipo para financiar sus partidos, que no siempre tiene que ser para las carteras y cuentas bancarias propias de los políticos.
El caso es que me hicieron un TAC, que según el informe colgado en la aplicación Clic Salud indica pudiera haber algo en un riñón, y sigo queriendo conseguir una cita con mi médico y no hay forma. ¿Lo va a arreglar Mr. Bonilla? ¡Qué harto estoy de los políticos, hasta el infinito y mucho más! Nos tienen cogidos por donde dijimos, ¿es que no nos damos cuenta? Incumplen promesas, desatienden a la gente, les importamos un bledo, nos roban, nos estafan, nos saquean en un latrocinio continuado desde la noche de los tiempos, y encima la gente a muerte con este o aquel chufla. Hace falta una reacción generalizada de desafección por los políticos, que ignoremos sus convocatorias electorales, pues se celebran bajo una ley totalmente injusta, en la que todos los votos no valen lo mismo, ni a todos los partidos les cuesta igual cantidad de votos conseguir un escaño. Además no respetan lo que la gente vota, sino que hacen los pactos de conveniencia para desvirtuar el resultado de las elecciones. La próxima vez dejemos las urnas vacías.
Seguiremos...
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