viernes, 26 de mayo de 2017

COMPRENDER Y SENTIR

                                                Imagen: www.mundiario.com


Sigo sin comprender que haya personas en riesgo de perder sus vidas por muy diferentes causas, sin que los gobiernos muevan ficha. Sigo sin digerir que exista esa dualidad constituida por los muy ricos y por los que no tienen nada. Hay personas viviendo en residencias de lujo, con todos sus servicios del más alto nivel; y hay millones de personas cobijadas en chozas o cabañas que cualquier viento las puede dejar caer, sin agua, sin alcantarillado, sin camas decentes, sin ropas adecuadas, sin comida suficiente, a veces, ni eso.
En el mundo hay demasiados núcleos de población hacinados en campamentos provisionales, que se perpetúan en el tiempo porque nadie se interesa por la gente que lo ocupan. Hay millones de personas que han tenido que abandonar su tierra de origen porque, abiertamente, no hay vida… no se puede vivir sin estar constantemente en peligro de muerte. Hay millones de personas muriendo porque los avances médicos o las medicinas necesarias para combatir enfermedades, a veces, erradicadas en el mundo occidental, primer mundo o mundo moderno, como quieran llamarle… ¡qué más da!; no están a su alcance.
Hay miles de personas a las que no les importa generar situaciones de conflicto bélico, económico, social, laboral, etc., que azoten como epidemias a las poblaciones más pobres. Hay mucha gente deshumanizada viviendo solo para hacer sus negocios, no teniendo cabeza para otra cosa que no sean sus transacciones y los beneficios que les produzcan. ¿Han visto en estos días de gira del Presidente de los EEUU?, ¿a qué vienen esos tirones de brazos que Trump suele exhibir cuando estrecha la mano a alguien?, ¿y esa cara o esos gestos de prepotencia, como el empujón que le propicia a un individuo del FMI, qué significan? No me gustan los líderes de los países poderosos… van de sobrados y tienen el punto de mira puesto en lo que no es importante para el bien de la humanidad. Seguramente, muchos líderes de países pobres tampoco me gusten, pues muy probablemente ellos vivan como reyes, tal vez lo sean, y su pueblo esté muerto de hambre… esto también es habitual.
Hay potencia armamentística, fíjense en el colgado norcoreano lanzando día sí, día no, un misil balístico dirigido, que costará algunos millones de dólares. EEUU, Rusia y Francia bombardeando continuamente a Siria. Al mismo tiempo hay un engranaje industrial-empresarial mundial muy potente, moviendo cifras de dinero que no sabría escribir de lo abultada que deben ser. Por otro lado, millones de kilómetros cuadrados de tierras que podrían generar alimentos para que nadie, en el Planeta, sufriera hambre. ¿Dónde están los sentimientos de solidaridad y generosidad?, ¿por qué vamos tras el coche de lujo o con full equip, a por la mansión o el palacete de veinte habitaciones y dieciséis baños, a por el yate con más eslora del puerto deportivo, etc.? Primero el hombre se debe salvar del hombre, de los ataques de este. Posteriormente, ha de sanar de la enfermedad llamada egoísmo en grado sumo. Por último, tiene que llegar a comprender que es parte de un todo llamado humanidad, y tiene que llegar a sentirla para llegar a ser realmente feliz.

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