sábado, 3 de marzo de 2018

HAY QUE SABER ENVEJECER POR EL BIEN DE TODOS

                                            Imagen: www.milanuncios.com


A veces no nos damos cuenta que nuestro estilo de vida, el elegido por nosotros, configura nuestros cuerpos de un modo concreto, que a la larga nos puede dar problemas a nosotros y a los que nos rodean. Casi nunca somos conscientes ni pensamos en el mañana, nos sentimos jóvenes y seguimos viviendo desenfrenadamente como nos apetece, esa es nuestra libertad, pero puede llegar el día que necesitemos ayuda y el no habernos cuidado lo suficiente sea un problema para que nos presten la atención que necesitemos. Y no porque los otros no quieran ayudar, que sí quieren, pero que físicamente no pueden, pues no es fácil manejar ciertos pesos de ciertas personas que no colaboran porque eligieron la comodidad en lugar de contribuir a conservar un estado físico en mejores condiciones. Ahora no tienen fuerza, no hay músculos y no hay ganas de pelear, se sienten mayores y la salida más fácil es rendirse, tirar la toalla y que se lo hagan todo.
Nos vamos haciendo mayores y debemos comprender que el placer es una maravilla si no fuera porque nos deteriora la salud en casi todos los casos. Aun siendo mayores hay que seguir caminando a diario, o haciendo algún tipo de ejercicio moderado en piscinas, asistiendo a clases de algún tipo de gimnasia o cultivando un huerto particular. Algo hay que hacer para que los músculos estén tonificados, el peso controlado y la agilidad asegurada. Evidentemente, no vamos a tener las mismas condiciones que cuando teníamos quince años, pero no hay que abandonar el cuerpo sino colaborar con él para que se mantenga lo mejor posible. Hay que abandonar el hábito tan común de muchos mayores de pasarse todo el día sentados delante de la televisión. Hay que salir cada día a la calle a entablar conversaciones con amigos y vecinos, hay que tener la mente en activo, hay que caminar sin prisas durante un buen rato cada día.
Por último, no podemos dejar de hablar del otro componente que es necesario cuidar para mantenerse en buen estado: la alimentación. Es imprescindible acentuar lo que todos sabemos: comer sano y pocas cantidades. Hay que comer más verduras y frutas, algo de pescado, muy poca carne, nada de grasas animales, hacer un uso generoso de un buen aceite de oliva virgen, nada de alcohol, tal vez medio vasito al día de un buen vino como cardiotónico y ser prudentes con los lácteos, si se puede, suprimirlos. De vez en cuando dar un descanso a nuestro aparato digestivo, dejando de comer aquel día, solo ingiriendo tisanas o zumos y, por favor, dejad de comer y beber alimentos y bebidas procesadas que llevan cantidad de azucares y componentes añadidos que son perjudiciales para nuestra salud.
No es tan complicado envejecer en buenas condiciones si tenemos voluntad para controlar nuestros impulsos y, todas esas porquerías que nos meten por los ojos mediante la publicidad insensible. La última decisión es nuestra, si acertamos no solo estaremos beneficiándonos nosotros sino que estaremos pensando un poco más en los que se tendrán que hacer cargo de nosotros… ¡pensémoslo!... seremos menos egoístas.

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