Vuelvo a la escritura con una
necesidad de pedir que la falsedad termine, los tambaleos engañosos, los datos
ocultos, la maldad en el proceder, etc., de algunos personajes conocidos y
empoderados por los votos de parte de la ciudadanía, eso tiene que acabar. Todos
estamos envueltos, retenidos y presos de esas mentiras convertidas en
seudopolíticas, políticas de las malas, políticas adulteradas y disfrazadas,
que ocultan insensibilidades, miseria cerebral y gélidos corazones que se
desentienden de todo el mundo. Son ellos, ellos, y nadie más que ellos. Son el
egoísmo en grado superlativo, aunque te creas que estoy exagerando. Hacerlo
bien es muy sencillo, es más fácil que hacerlo mal, de un modo tramposo y
traicionero, porque como ellos lo hacen tienen que dar ciertas vueltas para
esquivar a la justicia y a la ley. Lo que no es igual son los resultados que
obtienen sirviéndose de lo que es de todos para su uso privado. Es por eso que
tanto disfrutan de la privatización: uso personal o particular de lo que nos
corresponde a todos, ahora para el beneficio de unos pocos. Es así como
entiendo la privatización a la que son tan aficionados los políticos actuales,
sobretodo, de ciertos colores, aquellos que han gobernado tantos años sin
solucionar los problemas que después reclaman se solucionen cuando es el otro
el que gobierna… son falsos, así de falsos.
La política la llevo clavada en
el pecho por pensar honestamente y por creer que todos y todas tienen derecho a
vivir bien, dignamente, y que el bienestar y el progreso es algo natural que le
corresponde a cualquier sociedad y, por ende, a toda la humanidad. Nadie,
ningún desalmado de esos que salen del chanchullo electoral que tienen convenido,
tiene el derecho a fastidiarle la vida a sus conciudadanos. Soy un soñador, lo
sé, no hace falta que me lo repitas, pero es que me importan los demás, incluso
si se retractaran los malvados que han alborotado con su maldad al mundo,
también ellos me importan. Apartando su error, son como los demás, solo que un
día tomaron el camino equivocado, el de ignorar a los que no eran como ellos,
de su misma clase social ni tenían un poder monetario similar al suyo.
Se nos han instalado lobos servidores
de los grandes poderes monetarios, con piel de borregos servidores de lo
público, ese es su disfraz, piel de borrego por los hombros y revolver en mano
dispuesto a cometer un atraco a la ciudadanía. La ciudadanía está manos en
alto, rendida y muerta de miedo, porque cree que esos malvados van a hacer algo
por su bienestar, pero se está equivocando… salvo ciertos políticos y
políticas, a los demás habría que fundirlos de nuevo para que llegaran a
alcanzar y vislumbrar algo de verdad, lo que resulta increíblemente complicado
cuando se vive rodeado al cien por cien de mentiras, engaño y traición. Parece
la visión del apocalipsis político, una exposición tremendista y negativa, pero
si estás al día en el asqueroso proceder de esa partida de sinvergüenzas,
quizá, no lo veáis tan irreal cuanto se ha expuesto, aunque como soy yo el que
escribo, es evidente que es mi punto de vista personal… a los hechos me remito,
el poder de cambiarlo es de ellos, pero prefieren acabar con el remanente de
las pensiones y asustar a los mayores o que se hagan planes de pensiones
privados y dar a aganar dinero a sus amigos los banqueros. Prefirieron regalar
nuestro dinero a los banqueros y a los cajeros, antes que rescatar a personas
de la indigencia y de que fueran desahuciadas. Prefirieron enriquecerse con
nuestro dinero en miles de casos de corrupción, antes que evitar recortes en
todas las áreas del servicio público que nos afectan a todos los que no podemos
acceder a servicios privados, como ellos hacen. Prefieren subir las pensiones
un 0,25% de mierda, según han refrendado los pensionistas, mientras ellos se
suben sus salarios un 25%. Prefieren impedir que hablemos sancionándonos con
multas que saben no podremos pagar, porque esa es su dictadura. ¿Cómo quieres
que hable de esos mafiosos?
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