Para mí que
todos los incendios son provocados, o sea, que la mano del hombre directamente
o indirectamente, siempre está presente. Los medios de comunicación suelen
hacer una pausa cuando se trata de hallar a los responsables, o si los hubo,
pues con frecuencia dejan en el aire la cuestión de si la mano del hombre es la
causante de tales catástrofes… ya nos explicarán cómo se crean incendios sin
que aquel intervenga. Vivo en una parcela y hay un trozo de ella en la que
suelo amontonar parte de las podas y parte de la hierba que arranco o desbrozo.
Ahí está el montón de hierba seca y el sol aprieta, pero nunca se prende por sí
sola, lo mismo le sucede a los árboles que tengo en mi parcela, todos aguantan
como pueden las altas temperaturas de esta Andalucía, pero tampoco salen
ardiendo. Claro que nadie hace una barbacoa al lado del montón de hierbas
secas, ni a nadie le da por quemar un panal justo al lado, ni hay nadie que
queme rastrojos, ni lanza una cigarrillo sin apagar, etc., tampoco hay latas o
cristales cerca que puedan hacer un efecto lupa, aumentando la temperatura
concentrándola en un punto… no hay nada de eso.
No hay
explicación para que cada verano arda media España, o este año en particular se
estén quemando millones de hectáreas del Amazonas. No me cabe la menor de las
dudas que la mano del hombre siempre está detrás de cada incendio, las cerillas
no se prenden solas, ni la Tierra fuma o deja botellas de cristal, latas y
otras miserias tiradas en su superficie. La Tierra no se hace daño a sí misma,
tal como el hombre le está haciendo al Planeta y a su propia especie, además
del desastre ecológico, medioambiental, que conlleva esta forma tan terrible de
acabar con habitas naturales de ciertas especies animales, con los pulmones naturales
del Planeta, dejando millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera,
producto de toda la combustión producida en los incendios. El hombre está
asegurando una desertización masiva de la superficie terrestre así como la
muerte del ser vivo sobre el que vivimos. Si él muere, nosotros también nos
extinguiremos, esto es lo que parece no se paran a reflexionar todos esos
desaprensivos, o todas esas mentes enfermas y crueles que provocan incendios
sin ton ni son.
Desde hace
años, muchos incendios sirvieron para obtener una nueva recalificación de los
terrenos quemados, para poder especular con ellos y hacer negocio, simplemente
para eso, y ahí entraban en juego las autoridades públicas que en connivencia
con promotores, recalificaban los anteriores terrenos no urbanizables,
permitiendo que se construyera donde antes no se podía… ellos sabrán el pellizco
que trincaban. Tiene que hacerse una ley sólida en este aspecto que no permita
la recalificación ni la especulación con la tierra incendiada, siempre debe
permanecer como lo que es, pulmón natural del Planeta, reciclador de gases
nocivos y atracción de lluvias. La función de una zona verde frondosa es
fundamental para la vida de todos los seres vivos, y no la estamos valorando en
su justa medida. No la protegemos como debiéramos hacerlo, no la mantenemos
limpia, y al no hacerlo, nos ponemos todos en peligro. Recuerdo hace unos años
que fueron arrestados varios brigadistas de la lucha contra los incendios, porque
ellos mismos eran los que provocaban incendios para asegurar sus puestos de
trabajo; somos capaces de llegar a situaciones impensables, pero se dan.
Algunos de ellos tenían contratos temporales, o se les llamaban si se producían
más incendios de los esperados o que se podían sofocar con la plantilla fija,
así que la manera de tener trabajo era provocar más incendios… ¡somos unos
insensatos!
La ley a la
que me referí antes, debiera obligar a que las fincas de cultivo, son de
cultivo, los cotos de caza, son para la actividad asesina cinegética, los
parques naturales tienen que seguir siéndolos, y usted aunque sea un personaje
con una finca inmensa que no es urbanizable, tendrá que seguir con su monte
toda la vida, porque en su tierra no se pueden hacer viviendas y no se va a
poder recalificar pase lo que pase en sus montes, e invite a los políticos y
jueces amigos suyos, que usted quiera invitar, a las monterías que usted
organice. ¿Ha quedado claro?
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