miércoles, 29 de marzo de 2017

DEJAR DE PAGAR IMPUESTOS

                                                                  Imagen: foro-crashoil


Al hilo de mi último escrito, en el que hablaba del poder invertido por los políticos, habría una forma de volver a adquirirlo que no es otro que dejar de pagar los impuestos. En el momento que esto se hiciera, las arcas no ingresan y veríamos a los lobos que tenemos por políticos como prefieren llevarse su pasta antes que pagar a los sanitarios, profesores, etc., todos ellos mucho más necesarios para el bienestar de la ciudadanía. En estos momentos, es el golpe que se debe dar en lo alto de la mesa, puesto que cualquier otro recurso nos es negado por principio mafioso y por la fuerza de las porras. No nos dejan otra salida para volver a obtener el poder que nos corresponde por naturaleza. Creamos una forma de gobierno pero no para que imponga lo que le venga en ganas, sino para que atienda las peticiones y los mandatos de la ciudadanía, y no me vale: es que todos no podemos opinar ni nos ponemos de acuerdo.
Hay que articular mecanismos para que podamos incidir en la vida de nuestro país, que podamos decir libremente qué queremos y cómo queremos vivir; esta es la clave, el poder en la ciudadanía. Actualmente, algunos dicen querer empoderar a la ciudadanía pero no dicen cómo. Ellos quieren empoderar a la ciudadanía a través de ellos, o sea, ellos se convierten en imprescindibles y mediadores que terminan, como todos, imponiendo lo que mejor les convenga a ellos. Eso no nos vale a la ciudadanía. Hay que dar validez a los referéndums como una forma regular de manifestarnos los ciudadanos e incidir en la vida de nuestro país, de nuestra ciudad o de nuestro pueblo. Hay que vaciar de poder a los políticos, que solo deben ser empleados a nuestro servicio para gestionar lo que les encarguemos, ese es el que debiera ser su papel normal en nuestra sociedad. No necesitamos dictadores que al final condicionan la vida de la gente y terminan oprimiéndonos. Todos luchan por ascender para dirigir, para mandar y no para obedecer al pueblo, ¡qué son nuestros empleados!, a ver si se enteran de una puñetera vez. “La empresa política de un país es la única en la que los empleados (los políticos) mandan y los jefes (los ciudadanos) obedecen”.
Ya han anunciado la declaración de la renta, la fecha para su presentación, pues lo que debíamos hacer todos es no atenderla, no hacerla, no pagar nada. Igual con los demás impuestos y vamos a dejar caer este sistema de gorrones y ladrones. Mejor sería que todos abonáramos en una cuenta desde la que pagáramos nosotros las nóminas de los funcionarios y dejáramos al margen al establishment; por supuesto, no se pagan sueldos de mareadores de perdices, o sea, de políticos, ni cargos políticos en empresas públicas, que los hay a miles, puestos de trabajo de familiares y amigos de políticos dados a dedo, sin exámenes ni oposiciones de ninguna clase, y sin conocimiento de nada de lo que se cuece en esa empresa pública.
Una forma de revuelta sin violencia, pero efectiva, habría que realizar, porque estos sinvergüenzas no van a entregar todo el poder, que se han asignado ellos mismos, por la cara.

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