Hoy se cumplen seis meses desde que Ucrania y Rusia mantienen la contienda bélica, no sé cuántos miles de muertos después y, por tanto, creo que no hay nada que conmemorar más que una desgracia mundial. De nuevo el fracaso de unos acuerdos, de unas negociaciones, y el resultado de actos propios de los depredadores, que atacan a sus víctimas sin pudor alguno.
Que una región se quiera independizar no es motivo que justifique una invasión, una respuesta criminal a base de bombas y, mucho menos, que deban morir miles de personas por la voluntad de unos actores que contemplan las matanzas desde sus escondrijos como vulgares ratas, que es lo que son. Las poblaciones han de ser libres para elegir cómo quieren vivir, perteneciendo a un país o de un modo independiente. No es justificación tampoco que se vaya a desmembrar un país si así lo deciden los que viven en él. El país no es algo que pertenezca a nadie, sino el suelo que nos soporta, el lugar del mundo que nos ha tocado habitar, pero el estilo de vida lo podemos elegir nosotros. No hay que someterse a lo que quieran ciertas personas que creen haber heredado el país. Si un país deja de serlo es porque se ha convertido en otra cosa: en un conjunto de poblaciones cercanas que deciden gobernarse como mejor les parece. Ese sentido de la libertad, que tanto propugnan algunos, es cercenado, es reprimido y prohibido por esos mismos que se sienten más nacionalistas que el resto. Pero la democracia conlleva el respeto con las decisiones tomadas por los pueblos.
Hoy es un día para seguir lamentando que unos individuos hubieran decidido arreglar sus desigualdades, del índole que sean, a través de las armas y la muerte de inocentes que nada tienen que ver con los intereses, la mayoría de veces ocultos, de los que gobiernan delante y detrás del escenario público. Ningún territorio tiene que pertenecer a ninguna organización a la fuerza. Nadie tiene que defender, supuestamente, a un país, y dar su vida por los intereses particulares de unos pocos que no dan la cara ni enfundan un arma para defender lo que dicen es tan importante para su país. Ellos están escondidos, protegidos, resguardados de los peligros, mientras mueren muchas personas, civiles convertidos, momentaneamente y obligadamente, en militares. ¡No a la guerra!, ¡No al secuestro de vidas humanas!, ¡No a la pérdida del derecho a ser libre y decidir!
Seguiremos...
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