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                                                    Fuente Imagen: INCAE

La vida sigue a pesar de las trampas que muchos le hacen cada día. Sobrevivimos aunque estemos inmersos en un sistema corrupto y plagado de clanes mafiosos. Un sistema que es aprovechado por ciertos tipos que han sabido hacerse un sitio en esta sociedad, no por méritos propios sino por caradura e influencias, burlando la ley, apoyándose en amigos políticos, los cuales maniatan a los otros poderes para que las transacciones les sean rentables a los unos y los otros, resultando una asquerosa impunidad que les diferencia del resto de la ciudadanía española; al tiempo que deja muy mal parada a la justicia, pues tales procedimientos son burdos y prevaricadores, es como si jueces y fiscales no existieran cuando se trata de poner en su sitio a esos personajes del hampa empresarial y político.

Como es tan corrupta nuestra sociedad, y muchos se acostumbraron a la cultura del poco trabajar y dar el pelotazo, o llenarse los bolsillos con el esfuerzo del otro, que se ha extendido en todas direcciones aquello: “Tú eres tonto si no robas en cuanto tengas oportunidad”. Así que hay bandas organizadas, muchas veces escondidas tras las siglas de partidos políticos, que no dejan de saquear los remanentes de dinero público, llegando a ser muy grave pues si no sobra, que es lo corriente en estos tiempos, endeudan a toda la ciudadanía e hipotecan el país vendiendo deuda a diestro y siniestro para que entre dinero. Lo que ocurre es que la ciudadanía ya no se fía de los trileros que nos gobiernan ni de las transacciones que hacen, o los amigos con los que se relacionan. Tarde o temprano surgen los despilfarros, los engaños, las comisiones, los enriquecimientos ilicitos, los blanqueos de dinero y la empresas off-shore.

Además de lo indicado en el anterior párrafo, pero por el mismo motivo, todos aprovechan los incidentes que se estén dando en el mundo, como por ejemplo la guerra en Ucrania para encarecer la vida. Subida de precios de todo lo esencial para hacer caja, para aumentar indecentemente sus beneficios. Todos se suben al carro sin tener en cuenta la capacidad económica de la población, el que no pueda, que coma poco o casi nada, y si no, que se muera. Este mundo es así de insensible con el prójimo, los de arriba no se acuerdan de los abajo más que para explotarlos o saquearlos. Y como no hay quien ponga orden en este caos liberal-globalista, pues vale todo, ¿recuerdan cuando en el año dos mil surgió la nueva moneda, el euro, sencillamente la sinvergonzonería a la que me vengo refiriendo sirvió para elevar todos los precios un sesenta y seis por ciento. Todo lo que antes de la llegada de la moneda costaba cien pesetas, pasó a costar un euro, o sea, ciento sesenta y seis pesetas con algunos céntimos más. Esto lo hemos padecido los ciudadanos sin que ningún gobierno lo controlara, que yo recuerde era incorporar una moneda, pero ¿por qué significó que todos los precios se hubieran de elevar un sesenta y seis por ciento?, ¿acaso subieron también los sueldos en la misma medida? No, no sucedió, los salarios se convirtieron a euros. Que antes cobraba cien mil pesetas, pongamos por caso, pues pasó a ser de seiscientos euros.

La energía ha subido bestialmente, a pesar de la consabida estafa de que nos la cobran toda al precio más caro con respecto a la forma de generación de la misma. Explicado de un modo simple quedaría así: si generar electricidad mediante centrales que se alimentan de carbón vale 2, con gas vale 6, con fuentes alternativas 3, es solo un ejemplo, pues nos cobran toda la electricidad a 6 más sus márgenes comerciales, impuestos, cosas que se sacan de la manga, etc.

Ninguna guerra está justificada suficientemente como ser humano, tendríamos que bajar a cualquier otra categoría de especie, la que se os ocurra. Es un fracaso de comunicación y dialogo. Es un fracaso en las relaciones humanas y cívicas. Es una vergüenza para la humanidad y muy directamente para los actores del genocidio. Siempre pienso que los problemas entre Presidentes de diferentes países los debieran solucionar a tortas entre ambos, pero en ningún sentido llevando a miles de inocentes a morir. ¡Ojalá acaben todas las guerras en el mundo!, y todas las armas se derritan en cualquiera de estas olas de calor como si se tratase de helados fuera del congelador.

Para ir terminando, un tirón de orejas de nuevo a políticos parásitos, jueces y fiscales arrodillados, pues ambos impiden que haya justicia, dando como consecuencia la proliferación de delincuentes, mangantes y estafadores, la impunidad de éstos, la pobreza de buena parte de la población y peores servicios públicos.