Tomo de la prensa online un artículo que trata del arresto de los Royuelas, D. Alberto (padre), D. Santiago (hijo), el periodista D. Juan Martínez Grasa y el juez, D. Fernando Presencia. El Artículo más chusco y confabulado es imposible, se ve cómo detrás está toda la maquinaria del poder tratando de llevar a la opinión de la gente lo que a ellos conviene, pero a los que un día dimos por casualidad con los canales de Expediente Royuela y Santiago Royuela Samit, y hemos podido ver centenares de documentos manuscritos de esos mismos personajes de los que dicen haber estado los Royuelas difundiendo notas falsas y bulos, de eso, nada de nada. Que cojan la documentación acusatoria contra esos presuntos sinvergüenzas, maleantes y delincuentes, que le hagan pruebas caligráficas, realizadas por profesionales independientes, que de hecho los Royuelas ya tuvieron la precaución de hacer pruebas hasta con tres peritos diferentes y aseveraron, según indican, que los documentos corresponden a aquellos contra los que han vertido las tintas de la culpabilidad de los delitos más execrables.
En un país con justicia y democrático, en un Estado de Derecho digno, ni la prensa, ni los magistrados, ni los cuerpos de seguridad, ni las más altas instancias políticas, etc., se dedicarían a privar de libertad a personas que presuntamente tratan de tumbar la corrupción criminal de algunos, sino que por el contrario lo investigaría de un modo objetivo, sin hacerse favores corporativos, que los que hemos visto los videos y leído el libro que acaban de publicar, sabemos se están haciendo continuamente para salvarse el culo, unos y otros. No puede seguir triunfando el corrupto, no puede seguir poniéndose de víctima al corrupto, y no puede conculcarse los derechos de los que denuncian la corrupción, la estafa, el fraude y los asesinatos. A estas alturas muchos ya nos hemos hecho una idea bastante clara de quiénes son ciertos jueces, exfiscales, ciertos policías y guardias civiles, expresidentes del gobierno o alguna ministra. A estas altura hemos entendido del poder criminal de algunos que no dejan de mover hilos para que inculpen a tal o cual, para que absuelvan de delitos a tal o cual, o para que eliminen a tal o cual. Ya sé que esto hace tambalear los cimientos de un frágil Estado, precisamente por haberse sustentado en pilares tan corruptos, pero ahora toca apechugar con lo que se ha hecho, no callando bocas a la fuerza, ¿o es que van a seguir actuando como han venido haciendo?
Empiecen por donde deben, sometan a los autores de los presuntos delitos a pruebas caligráficas, estudien y analicen la veracidad de las notas y escritos en todos los sentidos y con todas las intenciones, comprueben, analicen con rigor y condenen a los que tengan que condenar, pero por favor pongan fin a esta burda historia de que los que destapan a los corruptos y a su organización criminal son los malos. Es que justamente no han hecho más que revertir todo para que los corruptos sean las víctimas, y a esta altura no hay quien se lo trague, claro, al menos que esté untado.
Seguiremos...
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