Nos culparon del agujero financiero que habían provocado, por un lado los políticos al cargo de entidades de ahorros, que usaron el dinero para lo que quisieron: lencería para sus queridas, viajes con la familia, copas en discotecas, joyas para queridas y esposas, ropas, drogas, etc. ¿Recuerdan las famosas tarjetas black? Es que en España se descubre cualquier delito de los que cometen los señores políticos y rápidamente se silencia al tiempo que casi nadie o nadie paga por ello y, mucho menos, devuelve lo robado. Por otro lado, la avaricia de banqueros que creyeron que los paquetes de hipotecas basuras iban a ser un negocio redondo, y no lo eran, sino más bien una estafa procedente de EEUU, pero como hay quien pierde el culo con las propuestas provenientes de aquel país. Nos dijeron que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, ¿Recuerdan la forma en que nos culparon?
La deuda pública se dispara desde hace años, de nuevo debido a las malas políticas de los que gobiernan, que se acostumbraron a no generar proyectos de desarrollo del país, les conviene más y les cuesta menos trabajo vivir subvencionado por los dineros que lleguen de la UE. La deuda no deja de incrementarse, se pagan miles de millones de intereses al año, es una auténtica ruina que solo persigue que un día tengan que anunciar la quiebra del país y que vengan otros a hacerse cargo del desastre, a rescatarnos y a quedarse con la ínfima soberanía que nos debe quedar como aval. Pues son otros Estados extranjeros y fondos de inversión, igualmente de fuera, que tienen en sus manos el destino de España, son los dueños de este país en el caso de que no podamos pagar. Mientras tanto, los insensatos políticos solo saben vivir a nuestra costa, robar cuento pueden, beneficiar a entes desconocidos con negocios o transacciones poco claras y doblarse el sueldo cuando ocupan un cargo de alcalde a lo largo y ancho de España. Cuando todo esto se venga abajo volverán a culparnos del derrumbe.
En el aspecto climático sucede otro tanto de lo dicho, ya nos han culpado de ello, son nuestros coches los que con el dióxido de carbono expulsado por sus tubos de escape están provocando la rotura de la capa de ozono y toda la parafernalia que ellos tengan a bien para hacer el negocio del siglo: vendernos a cada uno de nosotros y nosotras un coche eléctrico. Ahora el problema es que falta materia prima para fabricar tantas baterías como hacen falta para que todos tengamos coches eléctricos, y algunas marcas comienzan a retroceder y a paralizar la producción de coches eléctricos, lo consideran inviable. De las chimeneas de las fabricas, que están las veinticuatro horas del día zumbando partículas y gases a la atmosfera no dicen nada. De los vertidos continuos de esas mismas industrias a los ríos, a cualquier corriente de agua que transcurra cercana a sus ubicaciones, así como a la misma tierra, no dicen nada. De las explosiones continuas de la minería no dicen nada. De las guerras a lo largo de todo el mundo no dicen nada. De las pulverizaciones con sustancias peligrosas, tóxicas y nocivas que diariamente se emplean por toneladas en los campos y al aire, no dicen nada. De los vertederos de productos inservibles de la industria, incluso radioactivos, no dicen nada. De las continuas pruebas de armamento atómico no dicen nada. El problema, por interés de negocio, lo han concentrado en nuestros coches. A la industria hay que lamerle los zapatos por que dan puestos de trabajo, pero a qué precio, ¿hay que permitirle que nos lleve a la ruina, que acaben con nuestra "casa", el Planeta?
Los políticos legislan como auténticos cobardes para con los poderosos y grandes industriales o empresarios, y con gran sentido de la manipulación y, a veces, represión hacia la ciudadanía humilde, o clase trabajadora del país. Así que seguirles el juego depende de nosotros.
Seguiremos...
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