sábado, 15 de julio de 2023

VOTAR O NO VOTAR, ESA ES LA CUESTIÓN

 

                                                          Imagen: www.levante-emv.com

    Estamos condicionados desde que se nos permitió votar, porque en esta sociedad solo somos los mandados, siempre nos dicen qué se puede hacer, cuándo se puede hacer, cómo se puede hacer y, por supuesto, las consecuencias de no hacerlo. Los mandos nunca olvidan este último apartado: la represión en caso de que se desatiendan sus órdenes. En el caso que nos ocupa, votar o no votar, ya esculpieron en nuestras mentes la obligación de hacerlo, el ejercicio democrático de practicarlo, y la anulación del sentido crítico de cada uno de nosotros, cuando te dicen que si no votas no tienes derecho a protestar, a quejarte o criticar. Quién o quiénes te van a impedir que lo hagas, eres libre de no votar y criticar todo aquello que los que gobiernan hagan mal para la ciudadanía, ¡estaría bueno!

    No podemos desdeñar que hay fuerzas ejercidas por poderosos que nunca se presentan a las elecciones, que están muy cómodos en el anonimato, y que siempre condicionan la vida de la gente mediante la punción continua en los gobiernos que estén ejerciendo en aquel momento. Con su dinero, con sus influencias, con sus amenazas y con sus concesiones a ciertos cargos públicos van a modelar las leyes que se hagan para que les beneficie a ellos y a sus actividades. Llegados a este punto, es justo pensar que salgan los que salgan de unas elecciones tendrán que obedecer los mandatos y caprichos de esos  poderosos que se encuentran a la sombra mientras los demás sufrimos el rigor de la climatología a pleno sol, permítanme la metáfora que hace alusión a la posición cómoda y favorable de ellos frente a la que ocupamos el resto. Es por ello que seguramente da igual a quien votes, o mejor dicho, da igual los que salgan de las elecciones porque llegarán desde la sombra para forzar la vida a su favor, tenga las consecuencias que pudiera tener para el resto de la ciudadanía.

    A pesar de lo dicho, y de que cada uno tome conciencia de lo que deba o no hacer, como ya estoy bien harto de las cloacas del Estado, de la mafia y la corrupción de los grandes partidos políticos de España, de la delincuencia de cuello blanco para la que la justicia no tiene tiempo ni desea juzgar, dejando que los asuntos indignantes de saqueo y robo injustificados del dinero público, prescriban y marchen con total impunidad sus autores; yo he optado por no perder el tiempo en ir a votar. Esa clase de vividores de lo público no se merece que perdamos ni un solo segundo de nuestro valioso e irrepetible tiempo para que escuchemos su engaños, o participemos de su estafa democrática. Son vendedores de los remedios "curatodo", pero que al final de cada legislatura seguimos en las mismas: no se acaba con el desempleo, continua la sanidad en estado crítico y las listas de espera interminables para hacerse pruebas o para ser intervenidos quirúrgicamente. La deuda pública continua creciendo, la soberanía cada día está más comprometida porque la deuda ha sido comprada por capital extranjero, igual que la participación en la gran mayoría de grandes empresas españolas, en las que todas las ampliaciones de acciones son propiedad de fondos de inversiones foráneos. España cada día es menos de los españoles por la falta de proyecto de país, porque los gobiernos encontraron muy cómodo el subsistir subvencionados por los dineros prestados de la UE, del BCE, de fondos de inversión, etc. Es así como van vendiendo España por episodios.

    Por todo lo dicho, mas por no haber una ley electoral justa, que dé la misma oportunidad a todos los partidos participantes, en la que no todos los votos valen lo mismo ni a todos los partidos les cuesta igual número de votos obtener un escaño, yo no voto. Además, salen unos resultados de la acción y decisión de la ciudadanía, pero los políticos se hacen la ley de poder pactar y manipular la decisión de la gente, así como los resultados de las urnas. Eso es doblegar la palabra de la ciudadanía a los intereses de partidos. Por otro lado, tengo un concepto de gobierno democrático, justamente el que más se acerque a lo votado, por tanto se tendría que componer por miembros de todos los partidos votados y que hubieran alcanzado el mínimo fijado, que creo es un cinco por ciento de los votos emitidos. O sea, que los gobiernos estarían formado por varias personas de un partido, otras varias de otro, y así hasta completarlo, en la proporción en que cada partido obtuvo votos, eso, para mí, es constituir un gobierno democrático, atendiendo fielmente el mandato de la gente en las urnas. Al estar todos los partidos representados en el gobierno, no tendría objeto seguir manteniendo a 350 diputados y a 265 senadores, todo son ventajas. Por todo eso, en coherencia con lo que pienso y siento, no voto.

    Seguiremos...

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