No voy a defender a ningún partido político, los que se entretengan en echar un vistazo a mis escritos colgados en este blog, se darán cuenta que mi forma de pensar no va con ningún partido, aunque en ocasiones pueda coincidir con tal o cual en algunas ideas concretas, vaya por delante para que nadie me malinterprete.
En esta sociedad, para sacar de la vía y hacer descarrilar a unos y otros, casi ha bastado con calificarle de extrema izquierda o derecha. Aunque como todo en la vida, hay los que tienen un poco más de suerte que otros, pero ni son el lobo los de un lado, ni tampoco lo son los del otro, y lo cierto es que cuando toman asiento y se acomodan, todos aceptan las reglas que les imponen y dan las vueltas o hacen los giros que les ordenan desde arriba. Es por ello, que casi poco importa quienes se pongan a gobernar, pues llegan los hombres de negro y les obligan a aceptar recortes para todos y lo hacen. Presionan los empresarios y aumentan los años para jubilarse, o disminuyen el importe de los despidos, por ejemplo. Es entonces cuando los gobernantes, convertidos en titiriteros salen a escena con disfraz de lobo, actúan en el papel, recortan bienestar, empeoran los servicios públicos al no dedicarle las partidas de dinero suficientes para que éstos se adecuen a las necesidades de la población, y todos, de extrema o no de extrema, generan que no haya médicos, que se cierren urgencias, que se cierren en verano centros de salud, que haya listas de espera para operarse, que se cierren comedores escolares, que haya menos ayudas para familias necesitadas, para personas dependientes, etc. Todos se pueden convertir en depredadores de la ciudadanía al instante mediante un decretazo.
Lo de la extrema es como lo del calificativo machista, que tanto gusta aplicar a locutores y locutoras de los medios de desinformación y manipulación masivos, cuando se refieren a un acto de violencia, y como tal ya está castigada por la justicia, sin haber tenido que invertir millones para hacer ruido con leyes que la castiguen, puesto que ya el código penal la castigaba. Pero hay cantidad de borregos y borregas que se dejan modelar el cerebro por ideales tendenciosos ajenos, con tal de justificar su paso por un gobierno. En el fondo no han hecho nada que ya no estuviera contemplado y castigado en el código penal, repito. Por llevar tal o cual calificativo los problemas no se solucionan por sí mismo. Hace falta educación, respeto, valores humanos, y como vemos, todo apunta al ser interior de cada uno, pero si eso no se contempla en los hogares, y si tampoco se facilita como parte del plan de formación del alumnado desde la infancia (no queriendo decir que la escuela es responsable de la educación de las personas. Los niños y niñas han de venir educados de casa), pero, desde mi punto de vista, con mi experiencia, se tendría que incorporar durante toda la vida estudiantil una asignatura que nos llevara a crecer interiormente. No hablo de religión, que cada cual practique en su intimidad, en casa y en los templos respectivos. Hablo de meditación, concentración, técnicas orientales de relajación, estiramiento consciente, etc. Por que estoy convencido que este trabajo produce un cambio interior, nos hace mejores personas al tiempo que emergen valores humanos imprescindibles para una convivencia respetuosa.
El lobo se lo inventan con tal de dar miedo al electorado. Ser lobo para la población, tal vez sea encerrarnos mes y medio en nuestros domicilios, permitir que algunos se salten las leyes, incluso los que legislan y que no les pase nada. Ser lobos es tener secuestrada a la justicia, a jueces y fiscales. Ser lobos es quizás nombrarlos al tiempo que se aforan para protegerse y buscar su impunidad ante los delitos que puedan cometer. Ser lobos es llegar al cargo y duplicarse sus salarios, concederse más privilegios, vaciar las huchas de dinero público, saquear a la población, someterla, dar ordenes a la policía para que nos den palos cuando nos manifestamos en contra de acciones injustas de los que gobiernan, o para acusarles de corruptos. Ser lobos es encerrar a los señores, que a través del canal Expediente Royuela están tratando de que España entera se entere de la Organización mafiosa y corrupta, así como asesina, que opera con total impunidad, sin llegar a comprobar la veracidad de los documentos que presentan como pruebas de los delitos. Ser lobos es no consultar para nada a la población, y tomar todas las decisiones que nos pueden afectar seriamente, por ellas. Así podríamos estar hasta mañana. Si los que salgan, se vuelven a poner a los pies de los que siempre mandan detrás de la vista de las cámaras, lo mismo da el color que tengan, volverán a ser lobos aunque no se les llame de extrema.
Seguiremos...
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