Sigo con mis pensamientos imposibles en esta sociedad con estructura mentirosa, mafiosa, a veces estafadora y otras, corrupta. Como no me fio, vengo a proponer en un día como hoy, que el resultado de las elecciones fuera publicado y que el voto dejara de ser secreto, porque considero es la única manera de comprobar el veraz resultado de unas elecciones; o sea, que el que ha votado, ha votado de verdad, y que los votos recibidos por cada partido, se corresponden con los emitidos por los ciudadanos. Ya sé que suene chocante, que no estamos acostumbrados a ello, que costaría comunicar qué votamos cada uno, pero todo sucede porque desde el principio nos vendieron como un derecho votar en secreto, cuando la verdad es que da pie a modificar el resultado de las elecciones ante cualquier distracción de unos y maldad de otros. Nos han comunicado ya por la radio que habrá del orden de dos millones y medio de votos por correos, escuchar ese dato nos deja indiferentes, nos podrían haber dicho que votaron tres o tres millones y medio, ¿Quién controla dichos votos? A modo de pruebas policiales, ¿Quién y qué clase de custodia se aplica a esas papeletas? ¿Qué impide que se añadan, pongamos por caso: un millón de votantes inexistentes?
Las listas para votar bien podrían ser ordenadores en las mesas de los colegios en lugar de las archiconocidas urnas, y las personas que asisten la mesa, meros operadores de esos ordenadores que estarían cara al público votante. El que llegue, introduce el número de su DNI y clica en el partido elegido para el Congreso y el partido para el Senado. Siempre al finalizar la votación la impresora emitirá un justificante de lo votado, esta es la primera justificación en poder del ciudadano para defender su voto y su participación, que como es lógico tiene que corresponderse con el listado que al día siguiente en la prensa debe publicarse. De lo contrario, podría impugnarse las elecciones, en el caso de que los resultados publicados no se correspondan con la asistencia y sentido de los votos. Si vamos a por la transparencia, pues transparencia total. De este modo, los que no fueron a votar, no votaron. Los muertos, no votaron, etc., que de todo ha habido a lo largo de la historia "democrática".
Además, de ser un proceso enormemente más limpio y seguro, porque cada votante lleva su justificante de haber votado y de lo que ha votado, que debe coincidir con el listado publicado, es mucho más rápido, al cerrar los colegios ya está efectuado el recuento, ya se sabrían los resultados, el programa informático arrojaría las cifras de votos conseguidas por cada formación política. Y si avanzáramos un poco más allá, en el sentido más democrático que llevo tiempo defendiendo, en ese instante ya tendríamos conformado el correspondiente gobierno, con miembros de todas las formaciones que alcanzaron al menos el cinco por ciento de los votos emitidos (creo que es el porcentaje mínimo exigido para que te tengan en cuenta), en la proporción de votos recibidos por cada formación, supongamos: cinco miembros del partido tal, cuatro del partido tal, tres del partido tal, dos del partido tal, uno del partido tal, etc., hasta que estuvieran incluidos en el gobierno, repito en la proporción de votos recibidos, todas las formaciones políticas que hayan alcanzado ese mínimo porcentaje de los votos. Ese sería, a mi modo de ver, el gobierno que mejor y más fielmente reflejaría y representaría la voluntad ciudadana. Con esa estructura de gobierno, al estar todos, no nos hacen falta los 350 diputados, ni los 265 senadores, así que además de las ventajas expuestas, ahorraríamos.
Seguiremos...
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