Cuando la gente obedece sin comprender, sucede lo que todos vemos, que nos sometemos a los dictados de unos impresentables que se dan a conocer como líderes de tal o cual partido, que cuanto mayor es, por lo general, más mafioso y corrupto ha sido y es. Esa gente no van a solucionar nuestros problemas sino los suyos, los de sus allegados y familiares. Hacen negocios turbios a puerta cerrada, y algunos ya se atreven a dejarla entre abierta, porque al secuestrar a la justicia, se hallan con todo el derecho a la impunidad más absoluta. Sí, hablo de la casta política, la que tanto ruido lleva haciendo desde unos meses antes de celebrarse las elecciones del 23J. Los mismos que amenazan con hacernos ir de nuevo a jugar su juego sucio de las votaciones con las papeletas marcadas, haciendo un símil con una manita de cartas. Los mismos que son los que obtienen la gran tajada monetaria de que se vuelvan a celebrar. Los mismos a los que poco importa seguir derrochando una buena cantidad de dinero público. Los mismos que ocupan sus cargos de cualquier tipo, pero que lo primero que hacen es subirse un 35, un 40 o un 60% sus salarios, sí, eso lo han hecho casi todos los alcaldes y presidentes de Comunidades que han ido jurando cargos en las últimas fechas. Estamos rodeados y mandados por bandidos, por piratas, por mala gente unas veces, por delincuentes, mafiosos y corruptos, otras, abusan mientras se niegan a subir pensiones el incremento del IPC a personas que cobran miserias comparados con los indecentes salarios de sus señorías.
¡Vaya introducción!, se la merecen, ya nos han demostrado de sobras, de qué son capaces: arruinar la Sanidad pública, paralizar la justicia cuando pueda y deba actuar en su contra, salvar a delincuentes y corruptos de muchos partidos, de muchas Instituciones. Vendernos que la justicia es igual para todos, pero previamente se aforan para burlarse de ella y de toda la ciudadanía. Vetar comisiones de investigación para que no se llegue a conocer qué ha robado tal o cual individuo indeseable, incluso habiendo ostentado cargos de relevancia en la política española, en el Estado de Derecho; hoy Estado de desecho y cloaca inmunda.
Cuando la gente obedece sin reflexionar, sin pensar por sí misma, se convierte en un altavoz más del sistema mafioso y corrupto, potenciado y agente de manipulación de la población, que es para lo que han quedado los medios de desinformación masivos. La gente, así programada, es una radio o una tele andante, al tiempo que una mente vacía, hay desconexión neuronal, solo hay repetición como haría cualquier loro o cualquier papagayo. Es entonces cuando ciegamente se alinea con unas siglas y unos colores, no siendo capaz de autocrítica alguna... ¡los malos siempre son los otros! No se dan cuenta que para alcanzar grandes objetivos y avanzar sin ponernos zancadillas, hemos de cooperar, tenemos que colaborar. Nos enseñaron a competir, pero lo hicieron por intereses de unos pocos, ese no es el estado natural ni gregario de nuestra especie humana. Hemos de confiar los unos en los otros. Hemos de respetarnos y tratarnos con la máxima educación y honestidad. Dialoguemos, no luchemos contra los demás. Podemos hacer cambiar esta sociedad, y hasta el mundo, es cuestión de llegar a reflexionar y tomar conciencia, así como desprendernos del egoísmo aprendido y fomentado.
No necesitamos a seres inferiores, bien vestidos y dados a conocer por las cámaras para que de un modo embaucador nos engañen, nos parasiten y nos roben. Necesitamos que todos nos pongamos a la misma altura de seres humanos conscientes, paremos toda esta locura actual, se paren las guerras y la lucha por colgarse la medalla de primera potencia mundial. Es necesario que nos humanicemos como civilización, porque tenemos capacidad para ello, y que el dinero no sea el principal objetivo por el que hacerlo todo, sino la pasión de hacer lo que a cada uno más le guste o tenga mayor habilidad para hacer, y se reúna con más personas que compartan ese placer para progresar en el campo de que se trate. Hay que fomentar la igualdad, la libertad, el respeto, el amor por los demás, la verdad, la transparencia, la honestidad, la colaboración, etc.
Seguiremos...
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