Yo, personalmente, no he visto más sinvergonzonería en pos del poder presidencial de este país y, por supuesto, alzar a su partido al gobierno de España. Hablan, y lo están preparando todo por si llegara el caso, de condonar parte de la deuda pública adquirida por ciertas Comunidades imprescindibles para que el PSOE, junto a los partidos de izquierda, pueda conseguir hacer gobierno con una mayoría que le permita gobernar. Claro está, torciendo o degenerando un renglón de democracia y de lo que dijeron los ciudadanos en las urnas. Cuando digo esto, no me alineo con los "listillos" que quieren que anulemos, aún más, la decisión ciudadana en las urnas para hacer gobernar al partido que fue más votado. No dejando de ser por ello una minoría con respecto al conjunto de ciudadanos con derecho al voto. No digamos con respecto a la totalidad de la ciudadanía española. Además la opción más democrática, yo no la pierdo de vista, es que el gobierno ya se tendría que haber conformado con miembros de todos los partidos que superaron el 3% de los votos, pero en los porcentajes de votos recibidos. Y, por supuesto, volviendo a recontar los votos de un modo justo, o sea, que a todos los partidos le cueste el mismo número de votos conseguir cada escaño.
En esa "oferta de condonación" se pueden colar los catalanes, ahora chistan los valencianos, y seguramente se apunten al carro los vascos. Todo está por ver, pero el caso es que tal sinvergonzonería por parte del partido candidato PSOE a formar gobierno, con la iniciativa de su arteria catalana, nos empobrece al resto un poco más. No somos responsables del endeudamiento que pesan sobre nuestras espaldas por la pésima gestión de los gobernantes, tanto nacionales como comunitarios, o de que sus políticas de compra de votos, harta de privilegios para sus señorías y grandes premios monetarios para ciertos empresarios amigos; o sea, todo ese compendio que se traduce en que sus malas políticas nos llevan a vivir de las subvenciones de Europa y de un continuo desequilibrio entre lo que somos capaces de producir y gastar, indica que con esa gentuza el país está dimensionado administrativamente, funcionarialmente e institucionalmente muy por encima de nuestras posibilidades, teniendo como responsables a los gobernantes.
Es una sinvergonzonería negociar votos y poder para ser investido a costa del empeoramiento del país en su conjunto. Hay muchas formas de indultar, y yo quiero que se acaben de una vez. Realizar una quita de la deuda adquirida por ciertas Comunidades con el Estado español es empeorar los ingresos que debiera tener el Estado para hacer frente a todos los gastos contemplados en los presupuestos, por lo general para pagar servicios públicos e inversiones necesarias, y una buena parte de los salarios del nepotismo político, así como para cubrir la cantidad de sobresueldos, comisiones, dietas y privilegios que se conceden a sí mismos los políticos. Además de este agravio con el resto de territorios, como sabemos, los partidos necesarios para que Sánchez continúe en el poder, no solo se conformarán con la quita, que ya es una pasada, sino que vendrán exigencias políticas de todo tipo, comenzando por el referéndum sobre la posible independencia de sus territorios. Tengo mi opinión al respecto, veo bien que la gente vote y decida, que se le dé la oportunidad de vivir una aventura en solitario, y si no les va bien y desean volver, se reajustan los acuerdos, las condiciones y bienvenidos sean, ¿por qué no? Eso sí, antes que dejen todo en orden, y cancelen sus deudas con el Estado.
Todo no vale, y ya estamos pasando del castaño al negro, cada día nos hacen pasar de forma dictatorial por el ojo de la aguja. Cada día se inventan un nuevo compromiso: regalan el Sahara y, lo que es peor, dejan abandonados a su suerte para siempre a personas a las que se les había prometido un referéndum de independencia. Llevamos varias legislaturas, tanto del PP como del PSOE, que entre casos mafiosos y corruptos más una serie de decisiones totalitarias, estamos peor que las republicas bananeras. Si a esto le añadimos la justicia oxidada, maniatada, retraída, cohibida con ciertos cargos políticos, y diversas personalidades de renombre y abolengo, España además de tener muy activas las cloacas se asemeja a la cueva de Alibabá, muy de moda ahora por el barco de los Borbones.
Seguiremos...
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