jueves, 22 de diciembre de 2016

SIN TELE NI RADIO SE VIVE MEJOR

                                             Imagen: Juan Carlos Poó Arenas



Sigo con la desintoxicación mental, sigo sin tele ni radio en un absoluto confort, en una absoluta libertad. Dicen que el saber te da libertad, pero no cuando todo lo que te dicen está retocado, tiene intención, manipula o al menos no es toda la verdad. Como ya dije ayer el tiempo se ha alargado ostensiblemente, ahora tengo tiempo para hacer muchas cosas, los días han crecido conforme han desaparecido las horas delante de la tele. Cualquiera que lea esto creerá que estaba todo el día enchufado, pero no era así, siempre veía la tele de un modo selectivo, pero un poco de este espacio, un poco de este otro son una hora de este, una hora y media de aquel, la película, los anuncios por medio, cuando te das cuenta son varias horas al día delante de la tele. Desde que no la enchufo mas que para ver “Saber y Ganar”, solo veo tele cuarenta y cinco minutos cada día, ni uno más, desde 15,45 h. a 16,30 h.
Sinceramente merece la pena, hablamos más en casa sin el “loro” de fondo, leo mucho más, hago cursos on line, escucho videos de temas que me interesan… aprendo y aprovecho el tiempo como no hacía desde hace años. Estoy sorprendido tal como si estuviera frente a un gran descubrimiento, y fíjense… solo he decidido desconectarme de la tele y de la radio, dos medios de comunicación masivos molestos por las interrupciones publicitarias, poco objetivos, o se inclinan por los de este lado, o bien lo hacen por los de aquella otra parte, todos ellos excesivamente morbosos, fantásticos y sensacionalistas. En la manipulación no entro porque ya no podría hablar de otro aspecto. Como saben le dan cancha a personajes vomitivos que lo que hacen es dar show basura, sobre todo, repiten hasta la saciedad y son pocos o nada creativos, todos dan el mismo o parecido formato, hablan de las mismas cosas, invitan a las mismas gentes y tanto en la tele como en la radio cuando al personaje no le interesa que lo de otro invitado se oiga, le pisa la palabra, procura no dejar de hablar todo el tiempo que el otro diga algo, de ese modo nadie ni en el plató ni en sus casas escucha nada.
Te libras de eso, dispones de tu tiempo y no te toman el pelo ni te manipulan. Haces lo que se te antoje mientras hay cantidad de personas que no sabiendo lo qué hacer, van a tirarse en el sofá todo el día dejando sus cerebros al alcance de una nueva sesión de rallado, centrifugado y conducción inductiva. Hay cantidad de gente que pasa al salón o a la salita de su casa y lo primero que hace es darle un pellizco al interruptor del televisor… allá ellos. No saben vivir si no está la caja de grillo parloteando en la trastienda. No hilan ninguna conversación que no tenga que ver con algún chismorreo que previamente han pasado por la cadena que están viendo. Así nos va… del trabajo a casa, de casa al trabajo hasta que llega el fin de semana para salir a tomar unas cañas con los amigos, pero en casa qué hace la mayoría, ¿ver la tele mucho tiempo de su tiempo libre?
Mientras tengamos televisión al servicio de intereses comerciales, industriales, políticos o financieros vamos de cráneo. A mi me gustaría más la tele temática donde quepa la tele pública que educa, que forma, que da noticias positivas. ¿Sirven las noticias de tragedias y de desgracias? Una televisión que tenga espacios publicitarios que no interrumpan las emisiones, una tele que proteja a las personas y piense en ellas por delante de todo lo demás. De momento esa tele no existe.

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