Érase una vez un príncipe de sangre azul... ¡mentira!, que tras mariposear de flor en flor puesta a su paso por su familia y tutores, se enamora de la chica del telediario y llega a casarse con ella. La chica no es bien acogida por la familia real, pero no tuvieron más c... que acogerla y emprender un plan para acomodarla a las normas de protocolo establecido para la congregación de subvencionados por el pueblo español, y colorín colorado... ¡es broma!, el cuento siguió. Llegaron dos hijas, y la mayor Leonor comenzó a ser educada para, si llegara el caso, tuviera que ser reina de España. Lo digo, porque en nuestra memoria está lo que pensaba e hizo la que vivía en el Castillo de Windsor, que por poco no da tiempo a Carlos a que cate el trono. Eso sí, vivir siempre ha vivido como un rey.
Hace un mes, la Princesa Leonor ha hecho un paso fugaz por la Academia militar, y con ello ya se ha licenciado o, por lo menos ha jurado bandera. Supongo que el curso que viene seguirá sus estudios, y que en las próximas vacaciones de verano, hará otro simulacro de preparación castrense, y así, de un modo diferente al resto de los ciudadanos españoles consiguen acreditaciones, títulos y galones. Ayer, al cumplir los dieciocho años, le han preparado otra solemne ceremonia de juramento de La Constitución con comida y todo, que para eso estamos todos nosotros, para cubrir los gastos. ¡Vaya una noticia! ¿Van a hacer algo parecido con cada español que vaya cumpliendo los dieciocho años? ¿Darán la noticia como han hecho con la princesa Leonor? ¿Comienza una nueva etapa de no todos somos iguales ante la ley? ¡Valiente programación nacional y familiar! Se ve antiguo todo esto de reyes, princesas, monarquía y súbditos.
Una cosa hemos sacado en claro, que ella debe ser diferente, pues nos ha pedido que confiemos en ella. ¿Será porque ya sabe de los desmadres de la familia real y de lo que piensa el pueblo llano? Aparte de ello, ¿Quién es la princesa Leonor? ¿Quién la conoce? ¿Se va a someter a una votación nacional para comprobar si el pueblo confía en ella? Seguramente no lo hará por recomendación de papá, por si acaso. El puesto está asegurado por descendencia sanguínea, ¿para qué exponerse?
No soy republicano, no soy monárquico, y ni siento ser andaluz o español, solo soy un ser perdido en este mundo injusto, asaltado por los que se llaman mercados, los intermediarios, los corruptos y corruptores, gente mafiosa y peligrosa que se mueve solo por dinero. Esto es el infierno de esta existencia. El cielo sigue representado por la naturaleza y los demás seres vivos. Yo también, cuanto más conozco a los que me rodean, más quiero a mi perro y más amo a la naturaleza.
Seguiremos...
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