Lo que voy a decir es obvio y todos lo saben, no se arreglarán los problemas en el mundo o en cada uno de nuestros países, si no llegamos a ser mejores personas. Para mí es la clave de todo el meollo de la cuestión, o la gente se transforma, y ahora iré a ello, o nos comen las moscas como ya lo están haciendo.
Que los problemas conocidos por todos tengan solución, pasa por la transformación de la gente, y hasta donde conozco es posible a través de un crecimiento interior. Ya he escrito en muchas ocasiones de este asunto porque para mí es de vital importancia, y la única manera de poder alcanzar un nivel humano, de valores y conciencia que posibilite el cambio, la transformación.
Los problemas particulares quizás te los has provocado tú, pero los problemas generales, los que afectan a una buena parte de la población, esos los provoca el sistema de poder adoptado en cada país, incluso acordado entre países o mundialmente. Y es porque el poder se impone principalmente para conseguir unos objetivos que benefician egoístamente a unos pocos poderosos, que se valen de las normas y las leyes para abultar sus cuentas corrientes con el esfuerzo del resto de la población trabajadora. Eso es no tener conciencia ni es pensar en los demás y, mucho menos, tener un mínimo sentimiento de igualdad, o de bienestar general, sigue siendo explotación del siglo XXI, un acuerdo entre gobiernos, organizaciones sindicales y empresariales. Entes que ajustan condiciones de trabajo y remuneraciones, que por supuesto, no vayan en su contra y no les resten beneficios.
Cualquier signo de violencia contra nuestros semejantes indica la falta de entendimiento, la falta de diálogo, al tiempo que el abuso de unos contra otros, por lo general de aquellos que tienen poder para someter a los que creen son contrarios o pugnan contra ellos, y que pudieran restarles privilegios o beneficios. El mundo así es un asco auténtico, y que no nos quepa la menor duda que todo podría ser totalmente diferente con personas evolucionadas, con otro nivel interior, una transformación absolutamente necesaria en el mundo, se tengan las convicciones que se tengan, porque crecer interiormente no está reñido con nada; lo superfluo ya se verá, se comprenderá es inservible y caerá por su propio peso. Hace falta que los señores con competencias para organizar el mundo educativo escolar, incluyan desde la más tierna infancia en las escuelas, una asignatura donde se practiquen técnicas conducentes al crecimiento interior... ¡es totalmente necesario, siempre tuvieron que estar presentes en nuestra educación y formación!
La secta religiosa siempre estuvo y vemos no ha dado los frutos deseados. No es rezar, no es creer ciegamente en algo que nadie ve, es practicar con nuestra atención, con nuestra respiración, con nuestros movimientos, es conocernos más, es tomar conciencia primero de nosotros, es acrecentar la conciencia para que tengan cabida los demás, es permitir que todo lo indicado, sumado a una meditación profunda, provoque el cambio que hará que emerjan los valores humanos a los que al principio me refería. Justo desde ese momento somos otros en nuestra relación con los demás. Nos importa cómo vivan, qué les suceda, queremos lo mejor para los otros, y así es imposible hacer la guerra o dejar morir de hambre a los demás. Llega a importar la vida de todos los seres vivos, se sale de la caverna y se comprende mucho de lo que sigue haciendo el hombre actual, justificándolo con argumentos involucionistas, antiguos, incluso salvaje. Lo primero no es el dinero sino el amor al resto de los seres vivos del Planeta.
Llevamos siglos perdidos en este aspecto, que no quiere decir que en esos siglos no se haya avanzado científicamente o tecnológicamente, claro que sí se ha avanzado. Mucho de lo conseguido ha llevado aparejado el deseo de negocio, la búsqueda de enriquecimiento, la competencia por ser los primeros y copar un mayor porcentaje del mercado o de las ventas. Con otra calidad de personas se podría haber alcanzado lo conseguido, y puede que más porque la competencia, el esconder resultados a los demás, tal vez se hubiera tornado en cooperación o colaboración y los límites se hubieran ampliado. Y de lo que sí estoy seguro, es de que con esa otra calidad de personas, con ese otro nivel interior, no estaríamos sufriendo guerra por todos los rincones del Planeta, explotaciones salvajes de recursos de todo tipo, asesinatos masivos de seres vivos, terrorismo en nombre de tal o cual causa inservible, gente abandonada a su suerte sin nada que comer o agua potable que beber, etc. ¡Urge aplicar a los años de escuela, instituto y universidad, esa formación interior a base de prácticas diversas dirigida al crecimiento interior de las personas!
Seguiremos...
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