Como todo pasa en este país en el que las condiciones judiciales deben ser tan precarias, las sentencias llegan tarde y los procesos se eternizan. Me refiero al titular que de nuevo aparece en el diario 20 minutos, que dice así. La juez ordena el cese de los 44 policías locales de Sevilla implicados en el fraude de las oposiciones. Esto viene de unas oposiciones celebradas en 2012 en la que una parte de aspirantes, presuntamente, conocieron la plantilla de respuestas con anterioridad a realizar el examen. Esto se llegó a saber, e incluso una persona de las que se examinaba llegó a denunciarlo. En 2019 el Juzgado de lo penal número diez absolvió a los presuntos delincuentes aspirantes a cubrir plaza de policía local, y así quedaron las cosas. El Ayuntamiento se frotaba las manos puesto que siempre ha defendido no poder acatar cualquier sentencia que supusiera el despido de los 44 policías por materia de seguridad ciudadana, como si no se pudiera mandar a la calle a los que copiaron y se nombraran a los cuarenta y cuatro aspirantes que mejor nota obtuvieron sin copiar. ¿Acaso no supondría una alegría para esas personas que fueron suspendidas sin haberse respetado la igualdad de oportunidades en las pruebas realizadas en aquel 2012, ofrecerles su plaza de agente?
Ahora el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número siete de Sevilla ha emitido un nuevo auto por el que deniega la imposibilidad de retrotraer la oposición promovida en 2012 por el Ayuntamiento de Sevilla para cubrir plazas de Policía Local. El Ayuntamiento, de nuevo, estudia la sentencia en lugar de acatarla inmediatamente, una vez son sabidos los hechos y que esos cuarenta y cuatro aspirantes copiaron, conocían los resultados a las preguntas y pruebas con anterioridad a la celebración del examen. El mundo mafioso se mueve así, cuesta desvelar los delitos y a los infractores de los mismos, se protegen, se dan cobertura, hacen piña, con tal de dar sensación de normalidad, que como vemos, no existió ninguna, ni normalidad, ni justicia, ni equidad. Y ya tiene lo suyo que el Juzgado de lo penal número diez, en marzo de 2019, los absolviera, ya les vale a los jueces aquellos estar calladitos y que no les pase nada, ¿cuánta prevaricación debe soportar nuestra sociedad? Los culpables repitieron en los exámenes los mismos errores que contenía la plantilla de corrección, y utilizaron ciertas expresiones singulares contenidas en la misma plantilla.
Ya está tardando el Ayuntamiento en poner de patitas en la calle a todos esos que accedieron de un modo ilícito a una plaza de agente de la policía local. Despido procedente es lo que corresponde, sin derecho a indemnización, y con reclamación del dinero percibido durante estos años transcurridos desde que aprobaron copiando. Es duro lo expuesto, pero es como lo ve un ciudadano que trata de ser justo y al que le gustaría acabar con la mafia reinante en todas las instituciones de España. Esas personas que copiaron eran conscientes de lo que hacían, estaban vulnerando los principios de igualdad, mérito y capacidad, y ahora, que ya es bien tarde, deben pagar por lo que hicieron... ¡Ser enchufados!, ¡Colarse!
Seguiremos...
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