Siempre ha habido ricos y pobres, y si no aprendemos, siempre seguirán existiendo. Defienden cosas diferentes, el pobre protesta o se manifiesta para que su vida mejore, tenga trabajo estable, sueldo digno y servicios públicos a la altura de las circunstancias. El rico protesta o se manifiesta para que el sistema que le da ventaja no cambie, para que el tráfico de influencia, comisiones y negocios, no se diluya, no decaiga.
A muchos ricos casi le gustaría que las calles fueran para ellos, que los locales y establecimientos que frecuentan solo les acogieran a ellos, que las carreteras fueran para ellos, y si para eso hay que incrementar los precios de los carburantes... que así sea. Se sienten exclusivos y con derechos o privilegios que ni por asomo se los puede permitir el pobre. Además, no tiene por qué mezclarse con los pobres ni lo desea, quisieran tener salas de espera privadas, apartadas de la plebe, y ya lo procuran con sus contrataciones de servicios privados. Eso sí, en sus empresas no tienen más remedio que relacionarse con los pobres, necesitan de su esfuerzo, de su tiempo, para que generen beneficios para sus cuentas bancarias y paraísos fiscales. Pagarles adecuadamente, según las horas trabajadas y los esfuerzos realizados, por tanto, según la producción conseguida, eso ya es otro tema, y no digamos acceder a una subida de salario, ponen todas las pegas posibles y hacen todo el chantaje que pueden.
Su defensa es decir que los pobres lo que quieren es su dinero, que envidian no ser ricos, pero yo pienso que nos importa un huevo los ricos, que no queremos su dinero sino que queremos vivir mejor, más holgados. Tener trabajo y ganar lo suficiente para poder pagar las facturas, salir y entrar, tomar una cervecita y de cuando en cuando permitirnos un caprichito. Si además, somos capaces de establecer una forma de vida que nos humanice en todos los sentidos, mejor que mejor. No puede ser que unos tengan tanto y otros tan poco. Hay que igualar por encima si queréis, pero no dejando a nadie atrás. Los que ahora poseen el poder del dinero, no quieren que los otros adquieran una posición similar, desean seguir al mando, quieren que haya gente de la que servirse. De lo contrario no se percibirá que ellos están arriba y que muchos otros están abajo. Casi todo va de esta tontería mental... ¡qué idiota nos hemos vuelto!
Un mundo mejor para todos es totalmente posible, apenas algunos lo consientan. Cuando los corazones helados comiencen su descongelación y sus conciencias se expandan, comprenderán el engaño que han estado viviendo, de cuánto les ha privado su orgullo, su soberbia y su prepotencia . La vida es otra cosa, no son las propiedades que se atesoran o están a tu nombre, ni las cifras en una cuenta bancaria. Estar vivo es algo diferente a lo material que se posea.
Seguiremos...
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