En el Congreso el pescado está vendido, ya veremos cómo se gestionan los respectivos chantajes cedidos a unos y otros grupos, cuál es el grado de cumplimiento de los acuerdos por parte del Presidente y su Gobierno... ¡esa es otra!, y si habrá estabilidad en la legislatura, o empezarán las disquisiciones. Los políticos son muy dados a hablar y decidir según sople el viento, para muestra hace unas semanas o meses, todo eso de la amnistía o el referéndum de autodeterminación era un disparate para muchos del ejecutivo, hasta que les han puesto el pie en el pescuezo, y han buscado la manera de encajarlo en el Estado de Derecho, bueno, si alguna vez lo fuimos.
La política de asegurarse el sillón es fea e inútil para los intereses generales de la ciudadanía, pero es la que hay y la que ejercen casi todos una vez han metido la cabeza en la olla de dinero público. Se niegan a perder los privilegios, los extraordinarios salarios, las comisiones, las dietas, la tecnología de gratis, los coches oficiales, el reconocimiento público, el ordeno y mando y, como no, perderse los shows circenses de los miércoles en el Congreso. ¿Para qué se meten en los follones que se han metido, por qué no han aceptado repetir elecciones antes que cagarse en sus propias palabras?... ¡ahí está la hemeroteca! No les importa quedar a la altura de la suela de un zapato, no tienen amor propio alguno, ni dignidad, ni coherencia, ni integridad. No se hace política pura de honestidad, sino de intereses privados, y los políticos se someten a los dictados de los que manejan el dinero. Esa política poco aporta e importa a la gente, pero los políticos están comprados, trabajan para esos entes poderosos, no para conseguir el bienestar de la gente y el progreso del país por encima de todo.
El pescado lo han vendido a pesar de haberse llevado dos meses dando vueltas fuera de las cámaras frigoríficas. Huele, está en mal estado, es impresentable y, mucho menos, consumible. El pescado, ese pescado, se debería haber arrojado a la basura hace semanas, pero nos lo han presentado con unas hierbas aromáticas para simular el hedor que desprende y lo han emplatado... ni los leones de las puertas del Parlamento lo quieren. Lo sirven por televisión al pueblo, y como a través de las pantallas no se puede apreciar los olores y las apariencias se maquillan, pues ¡hala!, ahí lo lleváis. ¿Estoy molesto con lo sucedido? - Sinceramente, he llegado a un punto en que todo lo que sucede en el mundo de mentira de estos yupis sin escrúpulos, me da lo mismo, perdí la fe en la política mafiosa y corrupta, hace tiempo.
Antes que soportar chantajes y presiones, giros que se alejan de la legalidad, etc., yo hubiera permitido que fueran los españoles los que hubieran vuelto a decidir, lo hubiera dejado en sus manos. Eso sí, me gustaría que a través de una ley electoral justa en la que todos los votos valgan igual, sin circunscripciones, y que a todos los partidos políticos les cueste el mismo número de votos alcanzar un escaño. Esto sí lo hubiera solucionado, ahí sí pondría todo mi esfuerzo, pero ni el PSOE, ni el PP, mueven un gramo a favor de cambiar la ley electoral porque les beneficia a ellos dos, siempre obtienen ventaja frente a los partidos más pequeños. Una más para que nos demos cuenta que juegan tramposos, que son tramposos, partidos de tramposos.
Y ya para finalizar y hacer hincapié, una vez más en una idea personal para que vaya calando en la gente, yo hubiera trabajado para que hubiera una verdadera democracia, que no la hay. Hace tiempo me di cuenta que no hacía falta llegar a los pactos y los chantajes cada vez que finalizan unas votaciones, pues lo más democrático es respetar el resultado de las elecciones. La gente ha votado a cada formación en una proporción determinada, que es la misma proporción en la que su gente debiera estar en el Gobierno de España. Si todas las formaciones votadas estuvieran en el Gobierno, no nos harían falta los 350 Diputados restantes para aplaudir o para levantar la mano en el sentido en el que les dictan sus partidos. Tampoco nos harían falta los 265 Senadores. La gente que aspira a los sistemas totalitarios disfrazados, lo primero que se preguntan es cómo van a gobernar, cómo se pondrán de acuerdo - pues debatiendo, proponiendo soluciones, haciendo política, que es a lo que no están acostumbrados... y se llaman políticos.
Seguiremos...
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