Los que han mandado en cada momento de la historia de España nos han robado. Desde el principio de nuestra historia ha habido parásitos alrededor de los que ostentaban el poder, que han propiciado movimientos de dinero, pagos abultados, sobreprecios que hicieran posible las diversas mordidas, el reparto de dinero público para disfrute particular y no para el motivo para el que fue recaudado. Podemos decir, entonces, que siempre ha habido corruptores y corruptos que han provocado el despilfarro y encarecimiento de adjudicaciones de todo tipo, abonados con el dinero recaudado al pueblo. Han saqueado las arcas públicas, han confeccionado presupuestos irreales que incluían esos sobreprecios de todo para lucrarse esa minoría con poder y con influencias. Todos esos comían de la misma olla en la que se estaba continuamente produciendo un saqueo de lo público. ¿Qué hubiera sucedido de no haber sido ese el modelo deshonesto con el que nos han gobernado, unos y otros? ¿Cómo estaríamos si cada peseta antes, euro ahora, se hubiera destinado para lo que se recaudó y no para carteras privadas? ¿Nos hubiéramos endeudados tal como lo estamos en la actualidad?
Con nuestro dinero se han abonado miles de obras al doble y al triple de su valor de proyecto. Con nuestro dinero se han ido familias enteras de cargos públicos de viaje a hoteles de lujo. Con nuestro dinero se han jactado de celebrar comilonas y banquetes. Con nuestro dinero han hecho miles de regalo a las queridas de muchos de esos cargos públicos. Con nuestro dinero se han montado miles de orgias, se han abonado servicios de prostitución, se han pagado miles de los mejores vinos y los mejores licores. Con nuestro dinero se han pagado kilos de droga y, lo peor de todo, es que se sigue pagando una millonada a personas corruptas que aún lideran grupos de poder, departamentos estratégicos, empresas con cierto peso en el mercado, etc. Con nuestro dinero se han abonado cientos de indemnizaciones a empresarios amigos del sistema por causas injustificadas y avales improcedentes, acciones efectuadas por los gobiernos sin autorización de ninguna clase por parte de una ciudadanía muda, a la que se le ha quitado la voz y privado del voto en los temas delicados y decisivos. Tan solo se nos permite tomar parte en el símil de democracia con la celebración de las votaciones cada cuatro años, más o menos.
Sigo manteniendo la incertidumbre, sigo preguntándome dónde estaríamos como país, en cuanto a progreso y riqueza, si no nos hubieran estado robando desde hace varios siglos. Esa inquietud no pasa de eso, de ser una mera inquietud, ya no hay nada que hacer al respecto del tiempo pasado, pero sí se pueden cambiar las cosas para el futuro... ¿Dónde están esas personas, con categoría humana, moral y ética, adecuadas para servir al pueblo con honestidad, sin que se le peguen los billetes a los dedos? Ese es el problema que hemos tenido y tenemos, que no aparecen esas personas con esas cualidades para gestionar honradamente, justamente, recaudando lo necesario para progresar como sociedad en todos los sentidos, tener magníficos servicios públicos, puestos de trabajo para todos, economía saneada, menos lucha por el poder y más sentido de la colaboración. Así que dejen de votar a gente inepta e indecente, si no quieren arrastrar esta lacra hasta el final de los tiempos. El sistema marcado por los legisladores no es democrático ni justo, dejen de seguirles el juego, plántense.
Seguiremos...
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