Acabo de leer una noticia acerca de la detención por parte de la guardia civil de tres personas implicadas en tráfico de drogas. Parece que en una vivienda de la localidad de Utrera entraban y salían muchas personas, y la guardia civil decide montar un operativo de vigilancia. Detectan varias personas cargando cajas de madera en una furgoneta y se marcha. Una patrulla motorizada de la guardia civil la intercepta, identifica al conductor, abre las cajas y comprueba que van llenas de bolsas al vacío de cogollos de marihuana. Una vez sucede lo relatado, la guardia civil interviene el domicilio de donde partió la furgoneta y verifica que allí había una plantación de marihuana cortada recientemente y cajas de madera similar a la que llevaba la furgoneta en su interior. En esta intervención detienen a dos personas más.
En resumen esa es la información ofrecida por un diario digital, recuerdo que hace años se solía ofrecer las iniciales de los delincuentes, y no hay que hablar de presuntos, pues se cogen infraganti, ¿por qué no se ofrecen los nombres y apellidos?, sobre todo para que sus vecinos sepan qué hacían y a quiénes tienen por vecinos al lado o enfrente. ¿Por qué no se señalan a los culpables, a los delincuentes?, ¿por qué no se les tiene en una lista negra de lo que convive a nuestro lado, para que la gente lo sepa? La protección de datos ha de ser para las personas decentes, pero no para los que vulneran las normas morales, éticas y legales. Cuanto más reconocidos sean, en más alerta estaremos, mejor nos prepararemos contra esos individuos, y menos oportunidades de delinquir tendrán.
En esta sociedad tan mafiosa y corrupta, donde hasta los de arriba, de traje y antes de gomina, suelen sacar los pies del plato, por decirlo de un modo poco hiriente, nos van rodeando en nuestras barriadas, en nuestros bloques de piso y en nuestras urbanizaciones, esa gente es desaprensiva, delincuente e incivilizada. Suelen tener esas connotaciones a pesar de que traten de pasar desapercibidos allá donde residen, pero su nivel los delata, meten la pata en muchas ocasiones y su ostentación, así como su fanfarronería son constantes. Se sabe quiénes son, pero nadie se atreve hablar de ellos, mucho menos señalarlos, nos cohíben por lo general y son foco de conflictos y de movimientos sospechosos. En la mayoría de los casos los cuerpos de seguridad del Estado tiene mucha información sobres esos tipos, les vigilan de lejos y esperan se metan en algún fregado importante. Les hacen redadas de tarde en tarde, montan operativos para vigilarles cuando el asunto está caliente y llegan a cualquier hora del día o de la noche, muchas veces en la madrugada y le tiran la puerta abajo, si fuese necesario. Nada de esto es del agrado de la vecindad, y lo peor de todo es que conforme se quedan viviendas vacías o a la venta, las okupan o las compran, para eso tienen excedente de billetes de tráfico negro.
Por todo lo indicado, soy partidario de que la protección de datos debe quedar para las personas decentes y no para los delincuentes. Así que cuando se les coja con la mano en la masa, por qué no se pueden citar en la prensa. ¿No es verdad que fulanito conducía una furgoneta cargada con tal o cual droga?, ¿no es verdad que la furgoneta es propiedad de fulanito?, ¿no es verdad que la vivienda donde estaba la plantación es de fulanito?, y ¿no es verdad que en la misma vivienda fueron detenidos estas otras dos personas? Nadie, ni siquiera la prensa estaría mintiendo al dar la noticia de que fulanito conducía una furgoneta, que al ser interceptada por una patrulla de la guardia civil resultó que transportaba varias cajas de madera con droga en su interior, pero el fulanito, tenemos derecho a conocerlo, ha de ser nombrado con nombre y apellidos.
Seguiremos...
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