¿Qué ser más inteligente, comparado con qué, con quién, a través de qué estudios o métodos, de qué creación? Todos hemos estado impregnado por la secta de la religión imperante en el país por la gracia de aquellos dictadores y políticos que dieron un lugar privilegiado a la curia, pero aún así no dejan de ser un invento para ejercer el poder sobre la población, principalmente a través del miedo de que un ser superior está vigilante a lo que hacemos y nos puede premiar o castigar como consecuencia de nuestras acciones. Muchos se lo creen y ellos mientras viven a cuerpo de rey, además de librarse de cantidad de obligaciones fiscales a los que los demás nos vemos sometidos. La secta de la bondad que viola niños, que impone castigos o concede bulas por dinero, que se entromete en política cuando le interesa y que tiene un patrimonio monumental y artístico como para acabar con todo el hambre en el mundo, pero que prefiere conservar el mármol y las obras de arte.
El ser más inteligente de la creación, el que no ha sabido vivir con la luz del día sino atado al reloj, a las alarmas y a las obligaciones rutinarias y repetitivas que provocan con los años lesiones y dolencias, porque especializarse en algunas tareas es lo que tiene, que los esfuerzos y las posturas corporales son continuas y provocan malestar y enfermedades crónicas. El ser más inteligente de la creación, que tiene que venderse por dinero, que su irrepetible tiempo esencial te lo mal pagan porque tienes que comer, beber y vestir, tener electricidad para cocinar o calentarte, tienes que comprar detergente para lavar y ducharte. Tienes que dedicar tiempo para limpiar una vez sales de tu trabajo... todo porque somos los seres más inteligentes de la creación.
El ser más inteligente de la creación, que es capaz de apuñalar a otro ser humano en la puerta de una discoteca para robarle o porque cree que le ha mirado mal, interpretación que ha hecho él de un cruce, tal vez fortuito, de miradas con la otra persona; pero como tal vez iba de pastillitas hasta el culo, pues es lo que hay. El ser más inteligente de la creación, que por los motivos indicados anteriormente, o por ir bebido y ser un inconsciente, se pone a los mandos de su coche o una moto, pudiendo conducir a modo de obús y llevarse por delante la vida de varios inocentes. El ser más inteligente de la creación puede dedicarse a pasar drogas para ayudar a que la gente se desmadre y se vuelva una masa peligrosa contra las demás personas que se encuentren en su camino. El ser más inteligente de la creación puede ser un agente de un cuerpo de seguridad, pagado por los narcos para que haga mal su trabajo, vamos, para que no lo haga y mire hacia otro lado, y la droga pase sin ser advertida.
El ser más inteligente de la creación mata por placer y entiende que todos los animales han sido puestos sobre la corteza terrestre para que abusemos de ellos como queramos, les metamos un tiro, una espada de acero, una flecha, una decena de perdigones, etc. Entiende que les pertenece, que son seres inferiores, que su razón de ser es convertirse en alimentos de las personas... ¡algunos todavía no han salido de las cuevas! Los animales aún no han declarado la guerra a ninguna población, y que yo sepa no andan por ahí lanzando torpedos o haciendo bombas atómicas... ¿quiénes son los animales?
Tenemos un gran camino por recorrer y una buena mente por abrir, a ver si entendemos algo de lo que sucede, de quiénes somos, qué estamos haciendo con el Planeta y con el resto de la humanidad. Y de todo eso de ser el ser más inteligente de la creación, a ver si nos miramos un poco más y nos resituamos en donde nos corresponde estar. Ningún avance se producirá mientras el egoísmo vaya por delante. Nos falta educación, nos falta respeto hacia los demás seres vivos, no valoramos la vida en su justa medida. Nos tiene que importar lo que le suceda a los demás. Debemos desear para ellos lo mismo que deseamos para nosotros y los nuestros. Tenemos que ser capaces de llegar a amarles. Sin esta concienciación no hay soluciones a los problemas del mundo en el día a día.
Seguiremos...
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