Ayer hice por primera vez la
maratón televisiva, le llamo así porque estuve frente a la pantalla del
ordenador desde las 8,30 h de la mañana, hasta las 21,20 h de la noche, con el
objetivo de tragarme el debate del Congreso sobre la moción de censura. Fue una
experiencia nueva para mí y, a pesar de ser tantas horas, no me desagradó. Me
interesa el asunto político, principalmente, porque aunque no queramos estar en
él, bien que se entremete en nuestras vidas y, de algún modo, las dirige con
sus normas y leyes. Me interesa porque el sistema lo tenemos que sostener entre
todos, y quisiera que los recursos fueran aprovechados para lo que son, y no
para enriquecimiento de unos pocos.
Irene Montero de IU-PODEMOS abrió
el debate, con dos horas y medias de exposición en las que le dio al Partido
por la Pasta (PP), hasta en las orejas. Me sorprendió su aguante, su buen tono,
el contenido de su discurso, que no era más que decirle a la cara al partido
más corrupto de Europa, lo que habían hecho sus gentes. Enumerando caso por
caso en una interminable lista, que tuvo que encajar, sí o sí, el presidente
del Partido por la Pasta y todos sus acólitos. Las tragaderas del PP son grandes
y el cinismo mayor. Su presidente salió a responder pero como el discurso se lo
prepararon para atacar, directamente, a Pablo Iglesias; resultó que cuanto
decía Rajoy no encajaba con lo argumentado por Irene… él iba por libre,
sustentando un discurso fuera de lugar… eso sucede por traer el discurso
preparado desde casa. Rajoy estuvo muy flojito en esta primera intervención,
por otro lado, era lógico, debía estar abrumado de la que le cayó encima; le
refrescaron todos los casos de corrupción de su partido y de cuánto había
mirado él hacia otro lado… no tenía defensa posible, así que salió por los cerros
de Úbeda.
Posteriormente, fue el turno de
Pablo Iglesias, al que vi más moderado que lo que es de costumbre… no estuvo
mal. Hizo un avance histórico para que se viera que lo que estaba haciendo el
PP no era nada nuevo, sino que ya había sucedido en otras épocas de la política
española. Abundó un poco en la llaga abierta por su compañera Irene, metía el
dedo de cuando en cuando en la herida de la corrupción para que le escociera a
la gente del PP y esbozó, enumerando y escuetamente, el que sería su programa
de gobierno. Sinceramente, a mí toda esta parte no me quedó nada clara, no sé
si por cansancio mío o porque la exposición de esta parte, ya digo, que fue
extractada y expuesta a toda velocidad. Pablo tiene que aprender a calmarse
cuando ora desde la tribuna, Irene marcó los tiempo mejor, tuvo más paciencia,
ella misma cuando apreciaba el rumor de la Cámara, paraba y decía: cuando
ustedes quieran… sin prisa ninguna por acabar; esto le faltó a Pablo.
De los tres me quedo con la chica
y no por ser chica, sino por sus dotes para el debate y la oratoria… fue de
largo la mejor, con una gran ventaja sobre sus perseguidores, si me permiten el
símil deportivo, a modo de carrera. Por otro lado, lo que más importa: los
españoles no nos merecemos seguir gobernados por una banda mafiosa que nos
lleva robando veinte años. No digo con ello que Pablo fuera el mejor Presidente
para el Gobierno de España, tal vez el carisma de Pedro Sánchez me convenza más
para el cargo, aunque haría falta que con la gente socialista estuvieran la
gente de IU-PODEMOS, formando equipo… creo que sería lo más acertado en la
actualidad. Con esto no excluyo a nadie, soy defensor de que todos aquellos que
son oposición y quieran arrimar el hombro… bienvenidos sean.
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